El proyecto de construcción del puente de la SE-40 entre Dos Hermanas y Coria del Río sigue generando polémica. Mientras el Gobierno central anuncia que en febrero se licitará el contrato para calcular la estructura central del viaducto, las críticas de la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, ambos gobernados por el PP, ponen en duda la eficacia y los retrasos acumulados en esta infraestructura clave para la conectividad metropolitana.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, ha lamentado las acusaciones del Ejecutivo andaluz y ha defendido que el Gobierno de Pedro Sánchez ha “rescatado” un proyecto que “el anterior Ejecutivo del PP dejó en un cajón”. Según Fernández, el tramo de la SE-40 sobre el Guadalquivir ha avanzado en “proyectos, decisiones sobre el diseño del puente y procesos de contratación”. Además, aseguró que el actual Gobierno ha garantizado la viabilidad financiera de una infraestructura que considera “esencial para Sevilla”.
Por otro lado, las patronales del sector de la ingeniería han presentado impugnaciones ante la Audiencia Nacional contra el nuevo encargo del Ministerio de Transportes a la empresa pública Ineco para la redacción del proyecto. Alegan que la contratación directa carece de justificación frente a una licitación pública abierta y que Ineco no tiene experiencia suficiente en diseño de puentes.
Respuesta del alcalde de Sevilla: “Marear la perdiz no soluciona nada”
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha calificado el anuncio del contrato como una muestra de que el Gobierno está “mareando la perdiz”. En declaraciones a los medios, Sanz criticó que el proyecto lleva décadas de retraso y recordó que apenas 38 de los 77 kilómetros planeados de la SE-40 están en servicio.
El alcalde expresó su preferencia por retomar la solución inicial de túneles para atravesar el Guadalquivir, en lugar del puente propuesto por el Gobierno. Aseguró que esta alternativa, ya contratada en el pasado, “se abandonó por razones políticas”. “Un puente cerca de Doñana es un despropósito y no cumple con las necesidades técnicas ni medioambientales del entorno”, apuntó.
Asimismo, Sanz destacó que el proyecto del puente sigue siendo objeto de recursos legales, lo que “pone en duda la capacidad del Gobierno para gestionar grandes infraestructuras”.
Críticas de la Junta de Andalucía: “Demasiados retrasos”
Desde la Junta, la consejera de Fomento, Rocío Díaz, también expresó su malestar. En declaraciones desde Jaén, acusó al Ejecutivo central de “dar patadas hacia adelante” en lugar de abordar con urgencia una obra fundamental para Sevilla. Díaz lamentó los constantes cambios de planteamiento, primero con los túneles y ahora con el puente, lo que ha generado “desconfianza” entre los ciudadanos y el sector.
La consejera subrayó que la SE-40 es una infraestructura imprescindible que no puede seguir acumulando retrasos. “Los sevillanos no pueden esperar más mientras vemos cómo se ignoran sus necesidades”, añadió.
El conflicto legal y las dudas técnicas
El proyecto del puente de la SE-40 no solo enfrenta críticas políticas, sino también desafíos legales. Las patronales de la ingeniería han recurrido la decisión del Ministerio de Transportes de encargar a Ineco el diseño del viaducto, alegando incumplimientos en normativa como la inclusión de la metodología BIM y cuestionando la rentabilidad del encargo directo frente a una licitación.
El nuevo puente, que sustituye los túneles previstos, será un viaducto atirantado con un gálibo libre de 70,8 metros y 3,600 metros de estructuras singulares. Aunque el Gobierno defiende su viabilidad técnica y económica, los ingenieros insisten en que Ineco no está suficientemente preparada para liderar un proyecto de tal envergadura y que su enfoque incrementará los costes.
La SE-40, ideada hace décadas para mejorar la movilidad del área metropolitana de Sevilla, sigue siendo un punto de fricción política y técnica. Mientras el Gobierno defiende su plan, el Ayuntamiento y la Junta reclaman mayor rapidez y claridad para culminar una infraestructura esencial.
