La ministra española de Trabajo, Yolanda Díaz, afirmó este jueves en la OCDE que aumentar el salario mínimo como lo acaba de hacer su Gobierno es una medida que no sólo contribuye a luchar contra la pobreza y contra la brecha de género, sino que además contribuye a impulsar el crecimiento económico.
"España es un ejemplo de que elevar el salario mínimo no sólo es compatible con el crecimiento económico sino que justamente es lo que lo impulsa", subrayó Díaz en un discurso durante la apertura de un foro de alto nivel de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) previo a una reunión de ministros sobre políticas sociales.
Sobre todo, Díaz se esforzó en subrayar que ese efecto benéfico para la economía "lo ha reconocido la propia OCDE al situar a España como la economía desarrollada que más crece en este momento".
También se refirió a que "un salario mínimo digno contribuye directamente a cerrar las brechas retributivas que sufren las mujeres en el mercado laboral" y es "una herramienta esencial para combatir la pobreza laboral, para reducir la desigualdad y para fomentar que caminemos hacia sociedades más prósperas".
En su informe de Perspectivas de comienzos de diciembre, la OCDE revisó una vez más al alza las previsiones de crecimiento para España para 2024 hasta el 3 %, por encima incluso de lo que calculaba el Gobierno, de forma que fue la segunda más alta de todos los países miembros y muy por encima de la media de la eurozona, que se situará en el 0,8 por ciento.
Yolanda Díaz, que en su discurso no entró en la polémica dentro de su Gobierno sobre la tributación de los trabajadores con el salario mínimo, se refirió también a uno de sus grandes proyectos, el de la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial, adoptado por el Consejo de Ministros a finales de enero.
Consideró que es "una de las grandes reformas del siglo XXI, un cambio de paradigma histórico que abre la puerta a más transformaciones que redunden positivamente en la vida de las personas trabajadoras".
A su juicio, responde "simultáneamente" a las tres transiciones de las que se está hablando en el foro de la OCDE, la tecnológica, la climática y la demográfica.
En primer lugar porque "los aumentos de productividad derivados de la digitalización deben traducirse en mejores condiciones laborales y no sólo en mayores beneficios empresariales".
También porque "trabajar menos reduce la huella de carbono" y por último porque, con la transición demográfica, "mejorar la conciliación entre vida laboral y familiar es una necesidad urgente, especialmente para las mujeres que seguimos asumiendo una carga desproporcionada e injusta del trabajo de los cuidados".
La ministra española de Trabajo, que copresidió la reunión con la titular portuguesa de Juventud y Modernización, Margarida Balseiro Lopes, defendió el acuerdo global para un tipo mínimo del 15 % en el impuesto de sociedades, impulsado por la OCDE y del que la Administración de Donald Trump ha dicho que se retira.
Dijo que es "un avance fundamental para evitar la evasión fiscal y es un pequeño paso en la dirección correcta" para entre otras cosas acabar con los paraísos fiscales.
En esa línea, apoyó además "la creación de un impuesto global a las grandes fortunas impulsado por la OCDE y respaldado por la Comisión Europea y el G20 (los países con las economías más desarrolladas y los más emergentes) porque una fiscalidad progresiva no sólo es una cuestión de equidad, es una condición imprescindible para la estabilidad y la seguridad de nuestras democracias".
Yolanda Díaz aludió también a la lucha contra las discriminaciones dentro de sus políticas sociales para una sociedad democrática y avanzada.
A ese respecto, insistió en que "garantizar los derechos de las personas LGTBI no es una opción" sino "un deber" porque lo que hay detrás "son vidas, trayectorias, historias de resistencia y también de orgullo".