Rafael Acosta “Falito” ganó el título EBU Silver del peso ligero en Sevilla ante otro sevillano, Carlos “Ratón” Pérez. El primer combate con un cinturón europeo en juego entre dos sevillanos de la historia se lo llevó el boxeador de Dos Hermanas.
6.000 personas presenciaron el combate en San Pablo, en una velada que combinó deporte y música. La pelea por el título fue el main event de una cita que se extendió desde primera hora de la tarde hasta la media noche.
El evento estelar ocurrió sobre las once de la noche. En el ring, “Falito” se impuso en los primeros compases de la pelea, haciendo gala de su juventud y de un estilo correoso, incómodo y fajado. No le dejó distancia al “Ratón”, al que mantuvo ahogado y al que tiró en más de una ocasión. Acosta ganó la guerra mental, llevándose a Carlos a su terreno y sacándolo de sus casillas.
Sin embargo, el “Ratón” vendió muy cara su piel. Cuando su rival fue perdiendo aire demostró su gran estado físico y se recompuso en el tramo final del combate. El veterano boxeador ganó varios de los últimos asaltos y quién sabe lo que hubiera ocurrido si hubiera contado con más tiempo.
Una vez sonada la última campana, el veredicto de los jueces fue de: 118-107, 120-105 y 116-109 para Acosta. A pesar de que el combate fue realmente tenso, Carlos Pérez le puso el cinturón a su oponente y nuevo campeón, demostrando que aunque está acostumbrado a ganar, también sabe perder. Este gran gesto deportivo del “Ratón” fue valorado por “Falito”, su esquina y todo el público.
Artem Garibyan, el otro gran vencedor de la noche
La otra gran pelea de la noche fue la que enfrentó a Artem Garibyan y a Ramiro Blanco. El boxeador ruso, sevillano y sevillista se impuso con firmeza ante su rival, que apenas tuvo opciones de llevarse la victoria.
Artem subió al ring y desde el primer momento ya sabía perfectamente lo que tenía que hacer: izquierda, derecha y crochet de izquierda. Combinación homologada, letal y efectiva. Ramiro hundió su barbilla en el pecho e intentó pillar algún contraataque sin demasiado éxito. En los últimos compases del combate tuvo el valor de ir al cuerpo a cuerpo con Garibyan y la jugada fue un suicidio. El nicaraguense quiso dar espectáculo y se encontró con un coloso tatuado que le sacó el bucal y le obligó a dar un paso atrás. El ruso se llevó el combate por decisión unánime.