Tres años después, el Benito Villamarín volvió a ser testigo de una victoria en El Gran Derbi y el destino quiso que tuviese la misma secuencia goleadora que aquel partido de Copa del Rey, primero se adelantó el Sevilla en el luminoso y luego el Betis remontó con dos tantos que saben a gloria.
El templo helipolitano presenció un inicio de partido propio de los derbis sevillanos, ida y vuelta, muchas ganas y un ritmo de rock andaluz del bueno.
Isaac Romero y Jesús Rodríguez fueron los primeros en atreverse a deslumbrar con sus regates creando peligro en el área rival.
Pero el primero en abrir la lata fue Rubén Vargas y lo hizo de un punterazo que reventó la red. Badé lanzó en largo para que Lukebakio bajase el balón con la calidad a la que acostumbra, levantó la cabeza y encontró al suizo. Juego directo y derechazo al mentón que silenció el estadio como si de una bomba se tratase.
Pero la réplica no tardó en llegar. A los ocho minutos, Sabaly ganó línea de fondo después de recibir un pase filtrado de Fornals, tuvo la paciencia necesaria para encontrar a Johnny Cardoso, quien no tuvo piedad y fusiló a Nyland. La locura se desató tanto en la grada como en la celebración de los chicos que defienden las trece barras, sabiendo que una respuesta rápida era más que necesaria.
El duelo estaba muy igualado, lo que se tradujo en una subida de tensión que provocó que saltaran chispas entre Adrián y Carmona por intercambiar sus opiniones acerca de un claro pisotón que se llevó el goleador sevillista de parte de Pablo Fornals.
Cuando ya parecía que los jugadores se iban a marchar a vestuarios con empate, Isco y Cucho Hernández decidieron que no iba a ser así. Jesús Rodríguez buscó al de Arroyo de la Miel, que sacó la varita para al primer toque dejar solo al colombiano quién definió a las mil maravillas por debajo de las piernas del meta noruego. De esta forma, el fichaje proveniente de la MLS se estrenaba como goleador en un derbi, al igual que su compañero Cardoso y Rubén Vargas.
La primera parte tuvo dominio verdiblanco, con un 69 por ciento de posesión, aunque los de Nervión sabían que su juego pasaba por aprovechar los espacios y salir corriendo como si de una pista de atletismo se tratase.
Ya en la segunda, Antony quiso imitar a su compañero estadounidense rematando de volea... sin embargo, esta vez Nyland voló para desviar la pelota. Los de rojo intentaban llegar al área de Adrián, pero los béticos cortaban inteligentemente sus contras. En una de estas, Isco vio la cartulina amarilla y no podrá estar la siguiente jornada en Montjuic ante el FC Barcelona.
De hecho, el acercamiento de los visitantes tuvo que llegar de la mano de una falta muy lejana, de esas que le gusta intentar a Nemanja Gudelj, aunque sea más para probar suerte que otra cosa.
Ante tal situación, Xavi García Pimienta sabía que tenía que mover el banquillo, por lo que metió en el terreno de juego a Saúl y a Akor Adams en busca del gol del empate.
Pellegrini, por su parte, también agitó el árbol para dar entrada a Ruibal y Giovani Lo Celso, retirando a Jesús Rodríguez e Isco, que se marcharon ovacionados como reconocimiento a sus notables actuaciones.
Los últimos minutos se podrían resumir en un quiero y no puedo sevillista ya que tampoco Ejuke, Peque o Idumbo sumaron mucho a su ofensiva. La defensa helipolitana estuvo muy seria y supo cerrar el partido.
Con el pitido final, la fiesta se desató en el Villamarín, con los chicos de Pellegrini disfrutando como niños chicos frente a su afición. Y por fin llegó el regalo para el Ingeniero, su primer triunfo en un derbi liguero llegó de la mano de una remontada en la cual supo imponer la calidad de sus futbolistas.
De esta forma el Betis consigue su sexta victoria consecutiva en LaLiga y sigue como sexto clasificado empatado a puntos con el Villareal. Aunque el submarino amarillo tenga un partido menos, el sueño de la Champions League sigue más vivo que nunca gracias a este Gran Derbi.
