Facua Andalucía ha remitido un escrito a la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía en el que le pide que "aplique una moratoria de los vertidos de la mina Cobre Las Cruces al estuario del río Guadalquivir" y que establezca "un comité de expertos independientes que analice en profundidad el impacto socioambiental que estos residuos genera en el entorno". Por su parte, desde la mina han defendido que "se cumple estrictamente con la normativa ambiental y todas sus operaciones están reguladas y supervisadas por la Administración".
Así, según ha informado Facua en un comunicado, la federación tuvo conocimiento de un estudio publicado por la Universidad de Sevilla donde se analiza la concentración de metales en albures capturados en las inmediaciones del punto de vertido de esta mina. Dicho estudio apunta a que los peces capturados en esta zona "podrían acumular altas cantidades de metales y metaloides en sus tejidos", han señalado.
Este documento indicaba que "el 31% de las muestras analizadas desde el año 2019 tienen una concentración de plomo superior al límite máximo legalmente establecido por la Unión Europea para la ingesta de carne de pescado". Por otro lado, las concentraciones de cromo y arsénico también "superaron los máximos recomendados según otros organismos internacionales", han criticado.
De este modo, el equipo científico encargado del informe señalaba que "podría estar incumpliéndose el Plan Hidrológico del Guadalquivir que contempla que las masas de agua estudiadas tendrían que mejorar su calidad ambiental en 2027, incluyendo aguas, sedimentos y biota".
Una gestión segura
Por su parte, desde Cobre Las Cruces han destacado que se desarrolla un Plan de Vigilancia Ambiental "riguroso y transparente", con mediciones y análisis periódicos realizados por entidades independientes acreditadas y supervisadas por la Administración.
Hasta la fecha, se han realizado "más de 17.400" análisis de calidad de agua, sedimentos, flora y fauna que acreditan que "la gestión es plenamente segura desde el punto de vista ambiental", han detallado.
Así, los análisis son realizados por laboratorios independientes acreditados por la Junta de Andalucía como Entidades Colaboradoras en Materia de Calidad Ambiental (ECCA). Según todos los informes emitidos, los resultados analíticos registrados en la serie histórica se sitúan "muy por debajo de los valores límite de metales establecidos por la normativa y referencias vigentes, certificando un cumplimiento riguroso de la legislación". Tampoco se detecta "ningún efecto acumulativo en los sedimentos del río ni un empeoramiento de los datos de la biota", han añadido.
La compañía ha recordado que, antes de su canalización al río, las aguas procedentes de Cobre Las Cruces son sometidas a "un intenso proceso de depuración previa y un seguimiento de calidad, asegurando que cumplen con los parámetros y estándares más exigentes". Todos los datos analíticos son remitidos de manera puntual a la Administración (Junta de Andalucía), que supervisa la gestión de aguas de la Compañía.
Los primeros estudios de calidad sobre el Guadalquivir datan de 2004, años antes del inicio de la actividad de Cobre las Cruces. Una vez iniciada la producción (2009), dentro del Plan de Vigilancia se han realizado más 13.000 análisis de calidad del agua, 3.500 de sedimentos y 900 de biota (flora y fauna acuáticas). Estos controles se realizan en seis puntos diferentes a lo largo del cauce, tanto aguas arriba como aguas abajo del punto de descarga, lo que permite realizar una comparativa rigurosa del estado de calidad del río.
Consumo de albures
Facua Andalucía ha alertado que el consumo de albures es "bastante habitual en municipios que colindan con la zona de vertidos como Coria del Río o La Algaba, por lo que su ingesta podría llegar a provocar toxicidad en el ser humano". Pese a ello, en el informe han señalado que "el riesgo de toxicidad real es muy bajo".
En cualquier caso, en las conclusiones de este estudio de la US han explicado que la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente debería haber informado a la Consejería de Salud y Consumo sobre "la existencia de valores excesivamente altos de plomo para el consumo de albures. A su vez, la Consejería de Salud y Consumo debería haber abierto un expediente para valorar si publicar una alerta alimentaria".
Paralización del vertido de residuos
La federación ha considerado que los vertidos de la mina Cobre Las Cruces al estuario del río Guadalquivir y el consecuente daño socioambiental de la zona "supone la vulneración del artículo 45 de la Constitución Española, donde se ordena a los poderes públicos a velar por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva".
También el propio artículo 28 del Estatuto de Autonomía de Andalucía recuerda que "todas las personas tienen derecho a vivir en un medio ambiente equilibrado, sostenible y saludable, así como a disfrutar de los recursos naturales, del entorno y el paisaje en condiciones de igualdad".
Asimismo, han proseguido la Ley 13/2003, de 17 de diciembre, de Defensa y Protección de los Consumidores y Usuarios de Andalucía, establece en su artículo 6 que "los bienes y servicios destinados a los consumidores en Andalucía deberán estar elaborados y ser suministrados o prestados de modo que no presenten riesgos inaceptables para la salud y la seguridad física. En caso contrario, deberán ser retirados, suspendidos o inmovilizados por procedimientos eficaces".
Por todo ello, Facua Andalucía pide a la Junta que "impulse las acciones que sean necesarias para establecer un comité de expertos independiente que analice en profundidad los posibles impactos socioambientales que los vertidos mineros al estuario del Guadalquivir pueden estar provocando en el entorno". Mientras tanto, le insta a que aplique "una moratoria de los vertidos de esta mina al río".
Finalmente, la federación ha exigido la apertura de un expediente para "investigar en detalle la concentración de metales en los tejidos musculares e hígados de todas las especies de peces que se pescan en el Estuario del Guadalquivir para su posterior consumo".