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Última Columna

Semana Santa ¿Vas a venir a ver a la legión?

"y con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.” ¿Difícil encajar con la mansedumbre, el ansia de justicia que envuelve el mensaje de Jesús?

Publicado: 15/04/2025 ·
16:36
· Actualizado: 15/04/2025 · 16:40
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Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

Última Columna

En este blog se pretende compartir análisis, reflexión y algo de conocimiento contigo persona lectora

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Desde hace décadas en torno a la celebración de los actos procesionales de la semana sante se viene desarrollando un debate,  en el que los elementos religiosos, las vocaciones, las hermandades y la puesta en escena de las salidas de los tronos de sus templos, el itinerario y la vuelta a los mismos; suponía un tema conflictivo tanto para defensores como detractores. Y todo ello al margen de otro aspecto no menos debatido relacionado con el apoyo político a actos confesionales, al margen de lo que la constitución establece.

Situando el debate en el terreno teológico hay quienes desde la fe en el mensaje de Jesús de Nazaret se pregunta si las escenificaciones procesionales de la pasión y muerte de Jesucristo es conforme a la doctrina del buen Jesús. 

En el supermercado esperando en la caja, la persona que hacía cola detrás mantenía una conversación telefónica preguntado a su interlocutor:- ¿Vas a venir a ver la legión?  En ese preciso momento no hizo falta ningún gran discurso o disquisición teológica para verificar que se ha cerrado una parte del debate. En la calle principal, momentos antes de que salga de su templo (la capilla de Europa), la confradía de Jesús atado a la columna,  se agolpan las gentes para ver pasar a toda velocidad desfilando  una unidad del tercio de la Legión Extranjera. Esas imágenes fueron subidas a Facebook y se difundieron rápidamente presentando un espectáculo cuasi circense, en el que los soldados hacían alardes de manejo de sus fusiles, lanzándolos por los aires para recogerlos con la evidente habilidad de quien ha realizado este acto miles de veces. ¿El mérito? La repetición y repetición, de la instrucción y vuelta a la instrucción, aunque esas competencias no parezcan que sean de utilidad para adiestrar fuerzas especiales de defensa.  -¿Nadie se da cuenta del mensaje tan hilarante que se envía con el espectáculo de marras?  -Oiga, no se meta con la Legión.   – Nada más lejos, caballero, cuando se aprecia y valora la vida religiosa y castrense, toda esta fanfarria suena a hueca. -¡Que me decís! ¿Cuestionáis el espíritu militar que emana de las manifestaciones formidables que realizan los legionarios o de las magníficas procesiones de los devotos penitentes?  - Le respondo con sumo placer. Chico favor le hace al ejército español las demostraciones, cuasi carnavalescas, de una tropa que desfila para regocijo de viandantes.  Eso antes de o un día cualquiera, pero es lunes de pasión y se supone que las manifestaciones procesionales pretenden la conmemoración de la pasión y muerte de Cristo. Tiempo de penitencia.

Dialogo polémico sobre los sucesos que acaecen en las calles de la ciudad un lunes santo. Hay mucha buena voluntad en quienes durante todo un año preparan concienzudamente la salida de su cofradía. Mucha energía y devoción por los patronos: Cristo, María. Y como bien se dice, la procesión va por dentro, igual no se percatan de que toda esta manifestación de FE puede ser mal interpretada por el público que se acerca a ver las procesiones.  Parece que es evidente que en muchas ocasiones el “medio es el mensaje”. Quienes desde sus profundas creencias, trabajan duramente para hacer posible las estaciones de penitencia de su cofradía, persiguen la coherencia entre los medios que ponen en marcha y el mensaje de penitencia que se suponen pretenden proyectar públicamente.  Porque al final de tanto empeño a muchas personas les suena mucho más eso de “La legión”, que la contemplación de la injusticia que se cometió con Jesús, y se sigue cometiendo en la humanidad.  Así lo que siempre debe ser accesorio se convierte en el leitmotiv para quienes asisten a la demostración procesional. ¿Se le hace algún favor al mensaje potente de un Jesús escarnecido, las armas, los uniformes, el halo circense que se suma al cortejo?  Más aún cuando quienes desfilan manifiestan de forma altanera que su credo tiene poco que ver con la justicia a la vista de un fragmento del mismo: “El Espíritu de Unión y Socorro: A la voz de “A mí la Legión”, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella, defenderán al legionario que pida auxilio.” ¿Difícil encajar con la mansedumbre, el ansia de justicia que envuelve el mensaje de Jesús de Nazaret?  Otra incoherencia es la presencia de las “autoridades civiles, militares” en los cortejos penitenciarios. ¿Quiénes provocaron en su día la pasión y muerte de ese Jesús que se conmemora?  ¿No fueron las autoridades civiles, militares y religiosas de la época? El mismo Jesús detuvo la mano del discípulo que pretendía sacar su espada para evitar su detención en Getsemaní. Sus palabras  “el que a hierro mata a hierro morirá” ¿no son claras y contundentes?  Podrían ser el estandarte del pacifismo más radical. Las autoridades civiles, representantes de todo el pueblo ¿Qué papel juegan participando en las procesiones de Semana Santa? Y ello nada tiene que ver conque siendo devotos participen en igualdad como el resto de los fieles, sin pretender relacional la representación laica que le ha sido otorgada por las urnas, con su propia profesión de fe. 

Algo chirria en las manifestaciones religiosas de la Semana Santa.  Sin duda, si se analizan desde la perspectiva de manifestaciones culturales, encajaría mejor de forma coherente con el objetivo de reproducir una tradición ancestral. ¿Pero eso es lo que persiguen las hermandades?  Apuro dará, a quienes tanta fe tienen en Jesús de Nazaret y su madre y tanta dedicación ponen en anunciarla públicamente; el escuchar que toda la proyección de la misma se queda en: “Vienes a ver la legión”.  A todas las personas que de buena voluntad hacen posible la manifestación de su fe se les debe el respeto que merecen y el reconocimiento del trabajo que año a año desarrollan, la pregunta es si  aciertan en ello.

Fdo Rafael Fenoy

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