El australiano Christopher Sutton, del Sky, dio la sorpresa al adjudicarse al esprint la segunda etapa de la Vuelta, disputada entre La Nucía y Playas de Orihuela, de 174 kilómetros, en la que el italiano Daniele Bennati (Leopard) se convirtió, por puntómetro, en nuevo líder.
Sutton, de 26 años y procedente de la escuela del ciclismo en pista, no estaba invitado a la fiesta prevista para los grandes velocistas en su primera oportunidad, pero aprovechó un desordenado esprint lanzado por el belga Tom Boonen y el suizo Fabian Cancellara para poner su nombre en el libro de honor de la Vuelta.
El ciclista de Sydney, que alzó los brazos con un tiempo de 4h11.41, a una media de 41,5 kms/hora, supo pescar en aguas revueltas en la meta de las Playas de Orihuela. Ganó la partida al español Vicente Reynes (Omega Pharma) y al alemán Marcel Kittel (Skil), e incluso a uno de los grandes guepardos del pelotón, el estadounidense Tyler Farrar (Garmin), que fue cuarto.
“Un sueño hecho realidad. He venido a proteger a Wiggins, pero he pedido libertad de actuación para intentar ganar. Sabía que al final subía la carretera y podía ser la etapa para mí”, señaló un feliz Christopher Sutton.
No acudieron a la cita los más afamados velocistas, Cavendish, Petacchi o Boonen, tal vez fuera de su escenario predilecto por el ligero repecho de 300 metros al 8 por ciento cercano a meta que citaba Sutton. Sí lo hizo Daniele Bennati, sexto, quien por mejor puesto en la etapa desbancó a su compañero danés Jakob Fuglsang como titular de la roja de líder. Bennati envió la dedicatoria a su compañero Wouter Weylandt, fallecido en el Giro de Italia.
La primera etapa en línea de la Vuelta se resolvió conforme al guión previsto, aunque con protagonistas inesperados. Más previsible fue la primera escapada de la presente edición, la cual no se hizo esperar.
Se formó apenas abandonó Benidorm el pelotón, cuando el termómetro mordía señalando casi 40 grados. Se lanzaron a la primera aventura el alemán Paul Martens (Rabobank), el australiano Adam Hansen (Omega), el francés Steve Houanard (Ag2r) y el sevillano de Carmona Jesús Rosendo (Andalucía), un especialista en fugas.
Estaba en juego el hecho de asomarse a las pantallas en la primera etapa en línea y el estreno del jersey de la
montaña. El primer objetivo lo consiguieron los cuatro valientes que desafiaron el viaje que entraba y salía por la costa alicantina, aunque las opciones de victoria nunca existieron. Fueron absorbidos por el pelotón a 30 kilómetros de meta, aunque Hansen aguantó un poco más.
El segundo premio fue para Martens, que subió al podio como primer líder de las montaña, y se puso el jersey blanco de puntos azules. Ese era el sueño de Rosendo, pero el andaluz no pudo con su rival y fue declarado combativo de la jornada. Lo suyo son las fugas, con o sin premio, pero siempre tiene que ofrecer batalla. Maneras de correr.
Un día tranquilo para los favoritos, que sobrevivieron a una de esas etapas de transición en las que se conforman con no sufrir percances, y una jornada de gloria para Sutton, hijo del ex ciclista profesional Gary Sutton.
No entraba en las quinielas, pero en el primer boleto que jugó le tocó el gordo. Los equipos de los esprinters anularon la fuga, pero ninguno de ellos controló la llegada. El HTC quiso pero no puso, y además le faltó el australiano Matthew Goss, el vencedor de la Milán San Remo, primer retirado de la Vuelta.
Por si fuera poco Boonen y Cancellara se encargaron de reventar el esprint, por lo que aparecieron los segundos espadas. Sutton, que cuenta con casi una docena de victorias desde su debut profesional en 2006, entre ellas la Kuurne-Bruselas-Kuurne de este año, aprovechó para presentarse en sociedad en Orihuela.
Su única experiencia en grandes vueltas fue un fiasco, pues llegó fuera de control en la decimosexta etapa del Giro 2008. Lo suyo era la pista, con doble título nacional y un segundo puesto en la Copa del Mundo.
Sutton ya puede volver al trabajo de protección de Wiggins, con los deberes hechos. Los vientos de Orihuela le arrastraron a la victoria, y al podio, donde coincidió con Bernardo Ruiz, vecino ilustre de la localidad, el primer español que consiguió un podio en el Tour de Francia y ganador de la Vuelta en 1948. La historia se asomó a la Vuelta, y ese día empezó a escribirla el ciclista de las antípodas.
La tercera etapa de la Vuelta llevará al pelotón desde Petrer a Totana a través de 163 kilómetros. Otra oportunidad para los velocistas.