Una segunda, o tercera, oportunidad en los estudios o una experiencia nueva pasadas los 55 años. Bajo esos prismas están los alumnos y alumnas que comenzaran el curso universitario el próximo lunes tras el actor de apertura del Aula Universitaria de Mayores de la UCA que tuvo lugar en la jornada de ayer.
En algunos casos, los estudiantes llegan a la Universidad tras no haber tenido estudios primarios. Eran otros tiempos los que corrían hace décadas y no todo el mundo tenía acceso a la educación. Muchos niños tenían que ayudar en casa, cuidar a los hermanos o empezar a trabajar en las duras faenas del campo o del servicio de hogar. Después, con el paso de los años, dedicarían sus vidas a sus hijos y nietos. Y ahora es cuando deciden que nunca es tarde para aprender, para completar una educación universitaria.
El referido es el perfil mayoritario del Aula Universitaria de Mayores, pero también hay alumnos que llegan con el objetivo de aumentar sus conocimientos, de actualizar sus estudios. Y, tras el fondo de los libros, también está el carácter social. Se hacen amistades, se comparten experiencias, se viven buenos ratos.
Hay matrimonios incluso que se turnan para ir a clases y otros que animan a la pareja para que vaya al aula mientras que ellos se quedan al cuidado de los nietos.
Concha Valero, la directora general de Acceso y Orientación Universitaria de la UCA, se encargaba de presentar la apertura del curso y dejaba claro que “cada vez son más los alumnos de estas edades que deciden venir a la Universidad. Si siguen los datos así, llegará el momento en el que habrá más estudiantes mayores que con la típica edad del universitario”.
Valero también hablaba sobre lo enriquecedor que suelen resultar las clases del Aula Universitaria de Mayores. “Esta docencia y la de los niños es más gratificante que la de la edad típica del estudiante. La experiencia de estas personas es de toda una vida y todos aprendemos”.
Un crecimiento importante
El Aula Universitaria de Mayores comenzó a dar sus primeros pasos en la UCA por el año 96. Por entonces, un grupo reducido de estudiantes acudía a clases. Han pasado quince años y el crecimiento ha sido notable, con 1.121 alumnos que que se integran dentro del campus como estudiantes más jóvenes. A nivel de enseñanzas, de materias, hay una gran variedad. “Hay un acuerdo a nivel andaluz para que se toquen todas las ramas y áreas, desde las jurídicas a las humanísticas, pasando por las ciencias, salud y tecnologías. En el primer curso se habla de todo. Y ya también todo se va adaptando dependiendo de la demanda existente”, remarcaba la directora general de Acceso y Orientación de la UCA.
En concreto, este plan de estudios aprobado en Consejo de Gobierno de la UCA a finales del año 2007 cuenta con áreas fundamentales como Humanidades y Sociales, Jurídicas y Económicas, Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, Biosanitarias, Tecnológica y Consumo, entre otras. A las materias principales también hay que añadirles las actividades complementarias, en colaboración con otros servicios y áreas de la UCA, a las que pueden matricularse los alumnos de forma voluntaria.
El alumno del AUM es un alumno más de la UCA. Recibe su carnet de estudiante universitario que le da acceso a diferentes servicios tales como biblioteca, una cuenta de correo electrónico, y tiene acceso a las actividades organizadas por otras unidades de la UCA, como el Área de Deportes, la formación en idiomas a través del Centro Superior de Lenguas Modernas, cursos específicos, etc.
Emotividad final
En cuanto al profesorado, 85 son los docentes encargados de impartir las clases lectivas a los alumnos del AUM. En total, el número de horas de clase que cada alumno recibe al terminar los cinco cursos académicas es de 690 horas.
Y al final de esos cinco cursos llegan grandes momentos, como explicaba ayer Manuela Gutiñas, delegada para la Igualdad y Bienestar Social en Cádiz: “La AUM es importante para la Junta, para los Ayuntamientos y para la UCA. La gran mayoría no ha pasado por la Universidad y tiene ahora esta segunda oportunidad en los estudios. Ha sido una generación sacrificada que ahora quiere aprender. Y el acto de clausura cuando terminan es muy motivo porque se ve a hijos y nietos muy emocionados”.
Lidia Menacho, delegada de Educación, valoraba el crecimiento de alumnos de la AUM: “Demuestra las inquietudes que hay en Jerez”.