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Los insultadores

Desgraciadamente en política se dan con más frecuencia de la deseada los insultadores...

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Desgraciadamente en política se dan con más frecuencia de la deseada los insultadores. Normalmente suelen ser los que utilizan la política como medio de vida, por su incapacidad de ejercer cualquier otra profesión, y los que lo hacen por tener ideologías u odios extremos, lo que les nubla la razón y les lleva a proferir todo tipo de insultos a diestro y siniestro. Ejemplos del primero lo tenemos en políticos como el secretario general andaluz del PP, Antonio Sanz, que de cada dos palabras que profiere una es un insulto. De los segundos iremos dando cuenta.

Hasta ahora el partido que más se ha significado en la labor de insultar personal y colectivamente ha sido el PP, baste recordar a Jaime Mayor Oreja asemejando a los andaluces a los islamistas; María San Gil acusándonos de ser una chirigota y no tener la seriedad necesaria; Juan C. Aparicio llamándonos indolentes; Alejo Vidal Cuadras llamando cretino integral y payaso a Blas Infante y, por finalizar, Ana Mato diciendo que los niños andaluces son prácticamente analfabetos, si bien es verdad que en este caso esta señora tuvo la nobleza de rectificar. En esta lista no podemos olvidar la propensión al insulto que tiene la alcaldesa de Cádiz.
Desgraciadamente esto no es patrimonio exclusivo del PP, también se da en los otros partidos. Por ponerles algún ejemplo aquí cerca también tenemos al alcalde de Puerto Real de IU que tiene la lengua ligera o recordar a Pedro Pacheco y, como no, el penúltimo, y muy sonado caso, del alcalde de Getafe del PSOE y presidente de la FEMP Pedro Castro. Es decir, que el que esté libre de culpa que arroje la primera piedra.

El último caso ha sido el de la diputada catalana Montserrat Nebrera, por los insultos que profirió el domingo pasado en el programa de la cadena SER A vivir que son dos días y que escuche en vivo y en directo, con bastante asombro y perplejidad, no sólo por el calibre de los insultos sino que también por la enorme torpeza que demostraba y la cantidad de odio que trasmitía contra la ministra Magdalena Álvarez.

Antes de seguir quisiera denunciar que en estos programas, por mantenerse dentro de cierta cortesía equivocada, el moderador o moderadora y los participantes no suelen actuar de forma contundente cuando alguien sobrepasa los límites tolerables de la libertad de expresión y opinión, pidiéndoles una rectificación que, caso de no ser hecha, debería conducir al abandono del programa.

A diferencia de la ya mencionada Ana Mato y la del alcalde del PSOE que tuvieron la grandeza de no sólo rectificar sino que pedir disculpas, la señora Nebrera no sólo no lo hizo durante el programa sino que a lo largo de estos días se ha ido ratificando en sus insultos e intentando incluso justificarlos.

Hay que felicitar a la dirección del PP que, si bien en un principio trató de restarle importancia, ha decidido abrir un expediente disciplinario a esta señora. Es la primera vez, que yo sepa, que esto sucede. Y, voy a ser optimista, espero que sea el comienzo de un cambio de actitudes y no lo que algunos dicen, que no es más que aprovechar la oportunidad para quitarse de en medio a una persona rebelde e incómoda, como ya demostró al presentar su candidatura a la presidencia del PP catalán en contra de la oficial. Desde luego nunca hicieron nada, ni siquiera crítica, con los anteriores.

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