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Diario de un jubilata

Está claro que se ha popularizado la aparición en las páginas de prensa de todo tipo de personas. Este mismo periódico tan receptivo y abierto a sus miles de lectores, es un claro ejemplo...

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Está claro que se ha popularizado la aparición en las páginas de prensa de todo tipo de personas. Este mismo periódico tan receptivo y abierto a sus miles de lectores, es un claro ejemplo. Aquí, en esta publicación incardinada en el pueblo, es noticia lo noticiable y también nuestras efemérides acompañando una foto.  Yo nunca paso de largo de ahí porque me resulta agradable e incluso aleccionador ver las fotos y empaparme de los mensajes que les acompañan. Me recuerdan los discos dedicados de las emisoras de radio y veo -por un poner- a una niña guapísima vestida de  comunión y rememoro la copla de Juanito Valderrama y lo que sería la dedicatoria radiofónica: “Para la encantadora niña Encarnita de sus abuelos Manolo y Carmen, con todo cariño”.

Antaño, seguro que lo recuerda Ángel Revaliente, era costumbre publicar en ecos de sociedad la foto de jóvenes que conseguían el sobresaliente cum laude como remate de sus brillantísimas carreras universitarias. Pues me fijo en que hoy en día esto también se ha socializado y, no sé si será porque el nivel de la enseñanza no está en su mejor momento, hemos pasado del fin de carrera al comienzo de la conducción. Porque, a la vista está, que se considera noticia sacar el carné de conducir. Jóvenes de ambos sexos nos saludan desde la página, orgullosos de haber conseguido su primer título. Ojalá que aspiren a más, que no sea el único.  Otra cosa que me llama la atención es la cantidad de ‘gordis’ adorables con quien se quiere vivir eternamente.  Esto demuestra que el amor es como es y que más de uno -o una- necesitaría ponerse a dieta, por muy cariñosamente que le tilden.

Me gustan, personalmente, las parejas que celebran sus bodas de oro o plata; veo en sus fotografías la determinación firme de estar dispuestos a seguir juntos hasta que Dios quiera. Toda una lección para las generaciones actuales que no se aguantan ni tanto así. Las fotos que envían sus hijos y nietos andan entre dos vertientes: Si la abuela es coqueta, por muy femenina, publicarán un retrato de cuando la boda o casi; si campechanos y les trae al pairo los surcos que la vida dejó en sus rostros, sirve una cualquiera, mismamente.
Estos si son los cum laude del amor, merecedores de la medalla al Mérito Conyugal, que no existe, pero debería existir. Palabra.

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