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¡Necesitan ayuda!

El miércoles, de mala mañana, a Roberto y Yolanda se les quemó la casa. Ardió un enchufe detrás del sofá y la casa entera fue detrás. La pareja tiene tres hijos.

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Felizmente, no hubo ningún herido. Solo el mediano, que dormía en su cama, tuvo que ser rescatado por los bomberos. Estaba negro de la humareda, asustado y en calzoncillos. Pobre chaval, vaya trago.
Los servicios sociales les han alojado en un hostal, sin derecho a comer, pero solo hasta mañana, lunes, el mismo día en que les recibirá la alcaldesa. No tienen nada. No les queda nada, más que un seguro que cubre los arreglos y los muebles de la vivienda, que con algo de suerte estará de nuevo en planta en dos o tres meses. Pero…, ¿y mientras tanto? ¿Dónde van a vivir? ¿Con qué van a dar de comer a sus hijos?

Las tragedias humanas parecen más grandes si nos tocan de cerca. Conocí a Yolanda hace un par de meses y nos llevábamos bien. Me presentó a sus hijos y a Roberto, que entrena gratis a los chavales de “la Roteña” para llenar sus horas de pensionista desde que le hicieron un trasplante de riñón. Un buen hombre. Ella, ahora en el paro desde hace nada. La desgracia va siempre en compañía, nunca sola.

Tenemos que ayudarles. La alcaldesa debe hacer lo imposible por cederles un techo para estos tres meses y facilitarles algún ingreso. Es de conciencia, Eva. Son nuestros vecinos. Por eso, tampoco nosotros, los roteños, podemos dejarles en la estacada. No están solos, no pueden estar solos, no podemos dejarles solos. La solidaridad entre los pobres, los desarraigados, los desheredados, es lo que nos acerca. Nuestro tejido social. Nuestra gran ventaja en estos momentos en que el capital aprieta y las desgracias se ceban en los de abajo.

Yolanda me acaba de dar un número de cuenta, a regañadientes. Lo escribo aquí, para ver si desde el anonimato, la ciudadanía de Rota se encarga de cuidar a cinco de los suyos. Enseguida haré una transferencia, con lo que pueda. Solicito de vosotros, lectores, un esfuerzo generoso, cada uno en la medida que pueda. Una ayuda, un empujón, un alivio para tanta necesidad. Ellos necesitan un techo para tres meses, trabajo para ella y algún dinero para ir tirando. Agradecido de antemano.

Datos transferencia: Yolanda Ortiz Bonet. La Caixa,  2100 1960 49  0100668287

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