"Es evidente que las casas están ahí, y están medio caídas, y en en ruina, y no las puede habitar nadie", por lo que ha entendido que las viviendas "como mínimo se deberían rehabilitar e indemnizar, pero tienen demasiados defectos para reconstruirlas".
Las casas fueron declaradas el pasado diciembre en ruinas al considerar el juez que era prioritario proteger la seguridad de las personas antes que los intereses de la promotora.
La empresa promotora había pedido el derribo tras el decreto de ruina realizado por el Ayuntamiento, aunque el juez se amparó en la determinación de los arquitectos, que argumentaron en el juicio que la ruina era evidente y rehabilitar las casas no garantizaba su seguridad.