El Tau ratifica la superioridad sobre el Barça y se juega el título con el Unicaja
El mejor anotador de la Liga ACB, el serbio Igor Rakocevic, agarró la bandera del Tau en el Palacio de los Deportes...
Barcelona 77
Tau Vitoria 90
—Regal Fc Barcelona—Sada (7), Navarro (19), Barton (-), Ilyasova (15), Santiago (4) -cinco inicial-, Vázquez (2), Basile (9), Grimau (9) y Andersen (12).
—Tau Vitoria—Prigioni (10), Rakocevic (27), Mickeal (10), McDonald (8), Splitter (17) -cinco inicial-, Teletovic (8), Ilievski (3), Barac (-), San Emeterio (-) y Vidal (8).
Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Pizarro. Excluyeron por personales a Splitter (m.35).
Parciales:
19-21, 15-22, 18-22 y 25-25.
Incidencias: Encuentro correspondiente a las semifinales de la 73 edición de la Copa del Rey disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante unos 10.500 espectadores.
El mejor anotador de la Liga ACB, el serbio Igor Rakocevic, agarró la bandera del Tau en el Palacio de los Deportes, se salió en una actuación acorde a la categoría que atesora y, para orgullo y felicidad de su entrenador y de toda la afición alavesa, apuntilló al Barcelona como ejecutor de un magnífico despliegue de superioridad.
El técnico montenegrino Dusko Ivanovic abandonó el banquillo del Barça, destituido antes de acabar la temporada pasada, sin haber conseguido una sola muesca para el extenso palmarés que relata su camino como adiestrador, pero ahora maneja la opción de agrandarlo gracias al tercer triunfo consecutivo del año sobre los azulgranas en el timón del Tau.
Ivanovic, al igual que el resto de entrenadores marcados con el sello VIP de la profesión, sabe que la palabra “favorito” sólo esconde debates de barra cuando se aplica al mundo profesional. En la Ciudad Condal cargó con ese cartel por derecho propio sin ganarse el derecho a rotularlo en letras de caja alta. El paso adelante que distingue a los ganadores de los perdedores le dio la espalda en calidad de mariscal culé.
Circunstancias del deporte y de la vida. Ivanovic ha acumulado méritos suficientes sobre el parqué para gozar del derecho a la duda, una prerrogativa que la exigencia de los dieciséis ruedas de la canasta raramente otorgan. En Vitoria, observaban los avatares del hombre que mejor ha sabido acoplarse a la particular personalidad del club vasco –junto al italiano Sergio Scariolo, ahora al timón de Khimki ruso y recién bautizado seleccionador nacional español–, frotándose las manos, en el buen sentido de la expresión.
El título de Liga alcanzado por el croata Neven Spahija en la proa de la formación alavesa supo a poco a la altamente exigente cúpula que marca la dirección en el Buesa Arena. Spahija firmó el campeonato nacional y reservó plaza de avión hacia Zagreb. El Tau ya tenía los papeles para repescar a Ivanovic en la notaría.
El montenegrino enterró al Barcelona en el primer choque de la temporada –semifinales de la Supercopa, primer título del curso, en Bilbao (73-70)– y también le tumbó en la Liga (70-74) a domicilio en la decimosexta jornada del torneo liguero.
Dos victorias en dos asaltos. Pleno para el montenegrino y para el Tau. Nada extraño ni extraordinario en una temporada tan larga, cargada y repleta de ocasiones para que los grandes midan fuerzas, en especial, cuando se trata de conjuntos con sello ACB, mayoría también en la Euroliga.
Las semifinales de la Copa, sin embargo, sacaban brillo al 2-0 y volvían a requerir al Barça para demostrar de lo que puede ser capaz cara a cara ante el principal competidor del curso 2008-09. Ivanovic y, por extensión el Tau, salieron triunfadores por tercera vez esta campaña. Aunque con una gran diferencia. Esta vez, en la Copa, en la antesala de un título cargado de prestigio, la hegemonía de los alaveses sobre el pasado más reciente de Ivanovic, alcanzó cotas inesperadas.
Estudiantes 71-unicaja 78
En el otro partido de la jornada, el estadounidense Marcus Haislip ofició por segundo día consecutivo como salvador y baluarte del Unicaja en la Copa del Rey y colocó a los suyos en la final copera tras 37 minutos de penalidades y batalla ante el MMT Estudiantes (71-78).
El Unicaja tuvo que esperar hasta el ecuador del tercer cuarto para rescatar a Haislip de la implacable defensa que el checo Martin Rancik le opuso hasta empezar a relamerse por el instinto aniquilador del alero. Corey Brewer anotó diez de los doce puntos del Estudiantes en el tercer cuarto. Iturbe brilló en el perímetro con seis triples en diez disparos, pero Haislip (quince puntos; cuatro de cinco de dos, uno de dos de tres, cuatro de cuatro en tiros libres, dos rebotes, una recuperación y una asistencia) resurgió de la nada para meter al Unicaja en el choque por el título.
Tau Vitoria 90
—Regal Fc Barcelona—Sada (7), Navarro (19), Barton (-), Ilyasova (15), Santiago (4) -cinco inicial-, Vázquez (2), Basile (9), Grimau (9) y Andersen (12).
—Tau Vitoria—Prigioni (10), Rakocevic (27), Mickeal (10), McDonald (8), Splitter (17) -cinco inicial-, Teletovic (8), Ilievski (3), Barac (-), San Emeterio (-) y Vidal (8).
Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Pizarro. Excluyeron por personales a Splitter (m.35).
Parciales:
19-21, 15-22, 18-22 y 25-25.
Incidencias: Encuentro correspondiente a las semifinales de la 73 edición de la Copa del Rey disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante unos 10.500 espectadores.
El mejor anotador de la Liga ACB, el serbio Igor Rakocevic, agarró la bandera del Tau en el Palacio de los Deportes, se salió en una actuación acorde a la categoría que atesora y, para orgullo y felicidad de su entrenador y de toda la afición alavesa, apuntilló al Barcelona como ejecutor de un magnífico despliegue de superioridad.
El técnico montenegrino Dusko Ivanovic abandonó el banquillo del Barça, destituido antes de acabar la temporada pasada, sin haber conseguido una sola muesca para el extenso palmarés que relata su camino como adiestrador, pero ahora maneja la opción de agrandarlo gracias al tercer triunfo consecutivo del año sobre los azulgranas en el timón del Tau.
Ivanovic, al igual que el resto de entrenadores marcados con el sello VIP de la profesión, sabe que la palabra “favorito” sólo esconde debates de barra cuando se aplica al mundo profesional. En la Ciudad Condal cargó con ese cartel por derecho propio sin ganarse el derecho a rotularlo en letras de caja alta. El paso adelante que distingue a los ganadores de los perdedores le dio la espalda en calidad de mariscal culé.
Circunstancias del deporte y de la vida. Ivanovic ha acumulado méritos suficientes sobre el parqué para gozar del derecho a la duda, una prerrogativa que la exigencia de los dieciséis ruedas de la canasta raramente otorgan. En Vitoria, observaban los avatares del hombre que mejor ha sabido acoplarse a la particular personalidad del club vasco –junto al italiano Sergio Scariolo, ahora al timón de Khimki ruso y recién bautizado seleccionador nacional español–, frotándose las manos, en el buen sentido de la expresión.
El título de Liga alcanzado por el croata Neven Spahija en la proa de la formación alavesa supo a poco a la altamente exigente cúpula que marca la dirección en el Buesa Arena. Spahija firmó el campeonato nacional y reservó plaza de avión hacia Zagreb. El Tau ya tenía los papeles para repescar a Ivanovic en la notaría.
El montenegrino enterró al Barcelona en el primer choque de la temporada –semifinales de la Supercopa, primer título del curso, en Bilbao (73-70)– y también le tumbó en la Liga (70-74) a domicilio en la decimosexta jornada del torneo liguero.
Dos victorias en dos asaltos. Pleno para el montenegrino y para el Tau. Nada extraño ni extraordinario en una temporada tan larga, cargada y repleta de ocasiones para que los grandes midan fuerzas, en especial, cuando se trata de conjuntos con sello ACB, mayoría también en la Euroliga.
Las semifinales de la Copa, sin embargo, sacaban brillo al 2-0 y volvían a requerir al Barça para demostrar de lo que puede ser capaz cara a cara ante el principal competidor del curso 2008-09. Ivanovic y, por extensión el Tau, salieron triunfadores por tercera vez esta campaña. Aunque con una gran diferencia. Esta vez, en la Copa, en la antesala de un título cargado de prestigio, la hegemonía de los alaveses sobre el pasado más reciente de Ivanovic, alcanzó cotas inesperadas.
Estudiantes 71-unicaja 78
En el otro partido de la jornada, el estadounidense Marcus Haislip ofició por segundo día consecutivo como salvador y baluarte del Unicaja en la Copa del Rey y colocó a los suyos en la final copera tras 37 minutos de penalidades y batalla ante el MMT Estudiantes (71-78).
El Unicaja tuvo que esperar hasta el ecuador del tercer cuarto para rescatar a Haislip de la implacable defensa que el checo Martin Rancik le opuso hasta empezar a relamerse por el instinto aniquilador del alero. Corey Brewer anotó diez de los doce puntos del Estudiantes en el tercer cuarto. Iturbe brilló en el perímetro con seis triples en diez disparos, pero Haislip (quince puntos; cuatro de cinco de dos, uno de dos de tres, cuatro de cuatro en tiros libres, dos rebotes, una recuperación y una asistencia) resurgió de la nada para meter al Unicaja en el choque por el título.
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