Alguien capaz de saber en qué año se construyó el Gran Teatro Falla, que pueda dibujar en tiempo récord el tipo de Guacamayos y Lechuguinos, de acordarse de la música del pasodoble del Ballet Zoom Malacatum Po Di Pa Hasta Luego Adiós o de hacer que su compañero de equipo diga una palabra carnavalera usando únicamente gestos es la persona indicada, sin duda, para convertirse en el próximo campeón mundial de Jartibles por el Mundo, un juego de mesa de variadas pruebas y temática exclusivamente carnavalesca que promete convertirse en todo un éxito.
Sara Ayala y José Antonio Gómez, una pareja de novios gaditanos, están detrás de este divertimento de tablero y antifaz y que toma su nombre de como ellos se vieron a sí mismos, yendo de festival carnavalero en festival carnavalero por los pueblos de Andalucía vendiendo los broches dedicados a agrupaciones y que les han dado la fama en el mundillo de las coplas de febrero y que tienen por marca carnavalbroches.com., ya que para jartibles, tal y como se declaran, ellos.
“Dándole vueltas a la cabeza, finalmente le di forma a este juego que es una mezcla de otros ya conocidos, pero con la temática del Carnaval”, confiesa esta gaditana licenciada en Empresariales, que iba a salir en su primera agrupación en 2014, pero una vez volcada en este proyecto, tuvo que dejarlo.
El juego en sí se compone de un tablero plegable de lona impermeable y que soporta a la perfección la caída accidental de líquidos sobre él, algo muy habitual en los juegos de mesa para tardes de asueto; de dos dados importados de Japón; de cuatro mazos con 250 tarjetas cada uno con mil pruebas a superar y de cuatro fichas que son chapas sin imperdibles y que contienen como faz la imagen del Gran Teatro Falla.
El tablero cuenta con casillas de colores y motivos que dan a conocer el tipo de prueba a superar por el jugador que caiga en él. Así, hay casillas verdes con la imagen de un antifaz que contienen una prueba mímica a superar a la manera de otros juegos como son el Dígalo con Mímica, Gestos o el Party&Co y quienes allí caigan tienen que hacer que su compañero de equipo diga, por ejemplo, Batea, Fletilla o Piconeros Galácticos sin pronunciar palabra alguna.
También hay casillas azules con la imagen de un bolígrafo Bic de cuatro colores, - “en homenaje a nuestro amigo Antonio Pedro Serrano, el Canijo”, declaran los autores- con un reto a superar consistente en dibujar un tipo, un instrumento o un personaje, por ejemplo, y que el compañero lo acierte, en un ejercicio de Pictionary de febreros. Por otro lado, si un jugador cae en una casilla rosa con un pito de caña dibujado tendrá que recordar la música de un cuplé, estribillo, pasodoble, popurrí o tango tras leer una frase escrita en la tarjeta y cantarla sin fallar. Y por último, y a la manera del Trivial, está la casilla amarilla con una guitarra como faz y que sirve para comprobar cuánto se sabe del Carnaval de todas las épocas, desde el año en el que Requeté recibió el Antifaz de Oro o el nombre de la primera comparsa de Juan Fernández que entró en la Final del COAC, por ejemplo.
Asimismo, hay cinco casillas especiales, que adelantan o retrasan la ficha del jugador que en ellas cae y que corresponden a los patrocinadores que apostaron desde un principio por estos emprendedores discípulos de Momo y que son el bar chiclanero Los ladrillitos coloraos y las gaditanas Peña Original Pedro Romero, cafetería El Vagamundo y la peluquería Sonia Moreno y carnavalbroches.com, sitio web que comercia con los abalorios y complementos carnavaleros que Sara confecciona y que su novio vende y pregona.
Además, la casilla de origen representa un par de máscaras y la última, el Falla. Aunque no basta con caer allí, sino superar desde ese lugar de ladrillos coloraos una prueba de cada tipo.
Y todo por 39,90 euros de momento a la venta en carnavalbroches.com, lo que traducido resulta 40 euros menos 10 céntimos y una brillante idea y proyecto empresarial de una joven pareja que ha hecho de su hobby un modo de vida y que puede que con él hayan resuelto el regalo para estas fechas de un montón de jartibles del Carnaval.