El gobierno alemán prepara una reunión del Consejo de Ministros extraordinario, en la que, tras un comienzo accidentado de la legislatura, se perfilarán algunas de las líneas maestras en campos claves como la política energética o la reforma de las pensiones.
Los dos proyectos figuran entre los más importantes de la legislatura y ambos han sido objeto de críticas de diversos sectores de la política y en algunos aspectos incluso dentro de la misma coalición de gobierno.
Ambos planes están a cargo de ministros del Partido Socialdemócrata (SPD) que pretenden demostrar su capacidad de acción dentro del equipo de gobierno presidido por Merkel como jefa de la CDU.
En la política energética, el ministro de Economía y líder del SPD, Sigmar Gabriel, quiere reducir las ayudas a las renovables para abaratar los precios de la electricidad, según se desprende de un documento que será presentado el próximo miércoles al Consejo de Ministros y al que han tenido acceso varios medios alemanes.
En concreto, el plan es reducir el precio garantizado por kilovatio hora a las nuevas plantas de energías renovables de los 17 céntimos actuales a 12 céntimos en 2015.
La diferencia entre el precio garantizado por kilovatio hora y los precios de la bolsa de energía de Leipzig es pagada por los usuarios del sistema energético a través de una tasa especial.
Eso lleva a que cuando, como ha pasado últimamente, los precios de la bolsa bajan la tasa sube lo que ha llevado incluso a un encarecimiento de la energía.
Aunque hay consenso en el objetivo de reducir los precios de la electricidad, el que el camino pase por un recorte de las ayudas a la renovables ha generado malestar en grupos ecologistas.
En el campo de las pensiones, se plantea una reforma que puede tener un costo cercano a los 60.000 millones de euros hasta 2020, según se desprende del proyecto de ley al que han tenido acceso varios medios alemanes.
La ministra de Trabajo alemana, la socialdemócrata Andrea Nahles, espera que el Consejo de Ministros apruebe el proyecto -que se discutirá ya esta semana en la reunión extraordinaria- el 29 de enero, para que luego comience el trámite parlamentario.
La reforma contempla mejoras para las madres con hijos nacidos antes de 1992, la posibilidad de una jubilación anticipada para aquellos que hayan cotizado durante 45 años y subidas en las pensiones de invalidez.
La jubilación anticipada sería a los 63 años para los nacidos en 1952 y posteriormente cada año la edad aumentaría un mes, de acuerdo con el plan vigente de aumentar paulatinamente la edad legal de jubilación hasta los 67 años.
Hasta 2019 los gastos adicionales se pagarán con las reservas del seguro de pensiones y con la renuncia a una baja de las cotizaciones y sólo a partir de 2020 de destinara dinero adicional proveniente de la recaudación fiscal.
Una de las críticas que se hacen a los planes de Nahles es que, contra lo que originalmente pretendía el SPD, las mejoras a las pensiones a las madres se paguen con dinero de las cotizaciones y no con dinero del fisco. Esa crítica viene de la oposición y de algunos sectores del propio SPD.
El otro reparo tiene que ver con volver a abrir la posibilidad de la jubilación anticipada lo que es visto por muchos críticos con una señal equivocada que en cierto modo va a contracorriente de las reformas realizadas en el segundo gobierno de Gerhard Schröder y consideradas como la base de la buena situación actual de Alemania.
Además, otros críticos dicen que la medida sólo favorece a aquellos que tuvieron ingresos regulares durante toda su vida laboral y no a aquellos que tuvieron largas fases de desempleo con lo que no se contribuye a luchar contra el peligro de la pobreza en la vejez.