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Uruguay asume llegada de las vacas flacas confiado en su solidez ante crisis

Los problemas derivados del fin de los estímulos financieros en los EEUU, el estancamiento de China y Brasil, principales socios comerciales del país, así como la incierta situación argentina y la preocupante escalada de la inflación son amenazas a la economía uruguaya

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La llegada de un futuro económico poco halagüeño, marcado por unas cifras macroeconómicas que hablan del fin de un largo período de inusitado crecimiento, no le quita el sueño a Uruguay, un país confiado en su solidez fiscal, social y financiera para evitar una crisis.

Desde el Gobierno y los analistas privados, todos coinciden en señalar que el tiempo de las vacas flacas se aproxima al pequeño país sudamericano de forma inexorable y le pondrá fin al período de bonanza económica más prolongado en el país en los últimos 60 años, con un promedio de crecimiento del 6% entre 2004 y 2013.

Los problemas derivados del fin de los estímulos financieros en los EEUU, el estancamiento de China y Brasil, principales socios comerciales del país, así como la incierta situación argentina y la preocupante escalada de la inflación son amenazas a la economía uruguaya que todos dan por reales en el país.

El ministro de Economía, Mario Bergara, reconoció la semana pasada que para 2013 el crecimiento del país fue en torno al 4% y que para 2014 se rebajaron las previsiones a un 3%, cifra que sería algo menor según analistas privados.

Junto a esto, la inflación, que en 2014 rondará el 9%, tras el 8,56 % registrado en 2013, se perfila como el enemigo a batir por el Gobierno del presidente José Mujica en un año que además estará marcado políticamente por la elecciones generales del mes de noviembre.

Y sin embargo, nadie prevé una situación "dramática" para el país.

"Sí, se trata de un ajuste cíclico. Pero Uruguay no va a tener una crisis, ni mucho menos, esta muy bien preparado para un golpe externo, mucho mejor que en el año 2002 (cuando se vivió una grave crisis derivada de la quiebra argentina)", dijo a Efe Gabriel Oddone, director de la consultora CPA Ferrere.

Para el economista, la desaceleración será abrupta y el entorno no ayudará, pero Uruguay mantiene algunos ases bajo la manga que evitarían una debacle.

"Las reservas internacionales son buenas, hay 17.000 millones de dólares en reservas, en un país de 3,5 millones de habitantes. La deuda pública es el 60 % del PIB, y de ésta, más de la mitad está en moneda local, por lo que no es un gran problema. Y el sistema bancario es bastante bueno y está saneado", argumentó Oddone.

El analista apuntó que si bien todos tienen conciencia de que "los próximos años serán peores", no se espera que el Gobierno tome medidas extremas para atajar problemas, al menos no antes de marzo de 2015, cuando asuma un nuevo Ejecutivo.

"De momento, solo se van a monitorear los problemas, para que hagan el menos ruido posible. Y se irá a por ellos el año que viene", añadió.

De visita en el país, el subdirector gerente del FMI, Naoyuki Shinohara, remarcó el viernes en Montevideo que Uruguay "ha tenido un desempeño notable en la última década", con "un crecimiento económico vigoroso e inclusivo", y que sus "expectativas" son "favorables".

Advirtió sin embargo que "el entorno externo plantea riesgos" asociados a "la disminución del crecimiento en los países vecinos", que "podría continuar empujando a la baja la actividad económica en Uruguay" y que para mantener un "crecimiento robusto" el país debe reducir la inflación y mejorar sus infraestructuras.

Con todo, el "número tres" del FMI, cree que "el impacto global" de una crisis "no debería ser tan fuerte como los efectos de contagio experimentados en el pasado, ya que Uruguay ha diversificado significativamente el comercio exterior y ha reducido las vulnerabilidades de endeudamiento durante la última década".

Desde el Gobierno, donde se reconocen estos peligros, se está trabajando en mantener y fomentar la inversión extranjera, como argumento para contrarrestar la desaceleración.

Por este motivo Bergara viajó recientemente a EEUU para reunirse con inversores y realizar una campaña con entrevistas en varios medios de comunicación sobre la estabilidad y las oportunidades que Uruguay ofrece.

Junto a su equipo, Bergara alabó en Nueva York las ventajas de su país para el inversor, como los recursos humanos cualificados, su marco legal, algunos incentivos tributarios y la infraestructura.

El Ejecutivo de Mujica se encuentra precisamente en estas fechas negociando una gigantesca inversión para un proyecto minero de extracción de hierro a cielo abierto, Aratirí, que de concretarse podría cambiar el perfil exportador del país.

Aún así, de realizarse la iniciativa, cuestionada por grupos ambientalistas, la inversión no llegará hasta dentro de varios meses y no evitará la desaceleración.

"Estamos preparados, pero también somos vulnerables a una situación que desde Uruguay no se puede controlar. En cualquier caso, no seremos noticia por una gran crisis, pero la etapa dorada, en donde estuvimos tan bien, ya no estará", culminó Oddone.

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