Los jóvenes, en general, y los onubenses, en particular, cada vez adelantan más su primer coito, y lo hacen mal formados por un sistema educativo que no apuesta por el sexo
La era de las tecnologías en la que estamos inmersos está creando un tipo de relaciones nuevas, desconocidas antes de que el universo internet impusiera una nueva manera de tratarnos con los demás. Las relaciones frías, impersonales y ficticias que gran parte de los chats en los que participan los adolescentes de ahora están creando en la calle relaciones igualmente frías, y demasiado prematuras. Según el Estudio Sobre Comportamientos de Riesgo en Estudiantes de ESO en Andalucía, realizado por el Grupo Universitario de Investigación Social de la Escuela de Trabajo Social de Jerez, el 14,6% de los alumnos onubenses ya han mantenido relaciones sexuales con penetración, siendo la media de edad de 14,7 años para la primera vez. Ante esta generación de las prisas, con excesivas ganas de adelantarse a la vida, la educación tiene que jugar un papel clave. No es cuestión de censurar los gustos por el sexo en la época de descontrol de las hormonas, no de hacer cortes morales que serían propios de otros tiempos, pero sí se trata de que los chavales y chavalas sepan qué es el sexo, los riesgos que conlleva, la manera de prevenirlo, y l aforma de disfrutarlo. Por eso, la reivindicación de los encargados del estudio de que Educación Sexual sea una asignatura obligatoria desde 1º de ESO, puede ser más que útil para que la generación de las prisas la meta bien, pero no siga metiendo la pata.