La Inspección de Trabajo ha prohibido que los conductores de Tussam circulen con los autobuses por calles del Polígono Sur en las que se había apedreado a los vehículos. El Ayuntamiento ha acatado la orden “con carácter inmediato aunque de manera provisional hasta que se arbitren más medidas de seguridad...”.

La prohibición llega veinte días después de la reunión celebrada en la sede de la Comisionada para el Polígono Sur con el fin de  abordar el repunte de este problema (ya se produjo también en 2015) y a la que asistieron representantes de la Policía Nacional y Local y de la Gerencia y de los sindicatos de Tussam. Entonces se acordó mantener los recorridos de las líneas 31,32 y A5 incrementando la seguridad (incluso con agentes dentro de los autobuses) y realizar una campaña educativa con visitas de los escolares del barrio a las instalaciones de Tussam.

Tras aquel encuentro la Policía detectó y detuvo a un adolescente que estaba lanzando piedras. Desde entonces no se han tenido noticias de más incidentes, de ahí la sorpresa por esta prohibición y por la nota oficial, que viene a reconocer que no se han adoptado todas las medidas de seguridad necesarias. En vez de afrontar la causa del problema (los menores vándalos), se trata de paliar el efecto a costa de dejar sin transporte a vecinos inocentes que así, desconectados de la ciudad, sentirán todavía más que viven en el gueto de Sevilla.