Vuelve Jaén a sus promesas, que llega el periodo electoral y hay tanto por decir...
Y con la resaca vacacional a cuestas “vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas”. Y del mismo modo que cantara Serrat su ‘Fiesta’, regresa Jaén a su septiembre, irremediablemente otoñal, camino de la penumbra electoral que dejará la ciudad nuevamente en barbecho durante unos meses, solo con las migajas de lo que pudo haber sido en esta legislatura y este mandato, pero preñado de promesas que por antiguas resultan ya hasta miserables. El tranvía verá otra vez como se ralentiza su puesta en marcha porque los votos no estarán para las Autonómicas y difícilmente contarán con el peso esperado en el haber de los socialistas para las Municipales. Esperamos no obstante que la previsión sea mucho más primaveral. “Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha”. Continúa la carrera electoral y ante la fiesta de la Democracia todos debemos volver a ilusionarnos, como cada Navidad ante la venida de los Reyes Magos, con sus manos repletas de oro, incienso y mirra. El oro que nunca llega a esta tierra, el incienso que nos aturde los sentidos y la mirra que nos sepulta y embalsama a la espera de la tierra prometida.