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La eliminación de los afines a Susana Díaz reabre heridas en el PSOE

Pedro Sánchez barre a los principales nombres que apoyaba la dirección andaluza. La expresidenta de la Junta no rebaja la tensión y advierte de que “toma nota”

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  • Susana Díaz, junto a Micaela Navarro y Juan Cornejo durante la celebración del Comité Federal. -
  • La federación andaluza hace un llamamiento a la unidad, pero presenta un voto particular en la Comisión de Listas
  • El federal intenta suavizar el conflicto y considera que en ningún momento ha habido pulso con Andalucía

Todos sabían que el federal iba a enmendar las listas al Congreso y al Senado presentadas por el PSOE andaluz en cuatro provincias (Almería, Cádiz, Córdoba y Sevilla), al igual que también se afirmaba que la dirección andaluza ya no iba a hacer más sangre de la cuestión. Al final lo primero se cumplió pero no así lo segundo, ya que la secretaria general andaluza, Susana Díaz, no ocultó su malestar ante la eliminación de sus afines lanzando un mensaje que en este contexto se entendió claramente como una amenaza: “Tomo nota”.

Es verdad que luego dijo que a partir de este lunes “todos a trabajar y a buscar que tengamos el mejor resultado electoral posible”. Pero ahí quedó ese “tomo nota” que no fue ni mucho menos casual, como tampoco lo fue subrayar que el PSOE andaluz ha “tenido la mano tendida para hacer compatible la decisión del federal con la decisión soberana de los militantes”, algo que al final “no ha sido posible”.

Esa mención a la “decisión soberana de los militantes” no es inocente, porque es la bandera que ha enarbolado Pedro Sánchez desde su regreso a la secretaría general del partido. La Comisión Federal de Listas ha modificado, como es su potestad, las propuestas, pero Díaz ha querido así dejar claro que lo ha hecho en contra del criterio de la militancia.


Y es que tras varios días de duras (y tensas) negociaciones entre la dirección federal y la del PSOE andaluz, Ferraz no dio su brazo a torcer y fulminó de las candidaturas todos los nombres cercanos a Díaz, a excepción de Sonia Ferrer, número dos al Congreso por Almería, y María Jesús Serrano, número tres por Córdoba al Senado. El caso más sonado es el de Antonio Pradas, elegido por los militantes para encabezar la lista por Sevilla y que luego fue recolocado como número dos para que la liderara la ministra María Jesús Montero. Pradas, de la máxima confianza de Díaz y que fue el que en 2016 llevó a Ferraz las 17 firmas de miembros de la ejecutiva federal para forzar la dimisión de Sánchez, se ha quedado fuera del Congreso y del Senado.

Malestar escenificado

El veto de Ferraz llevó al secretario de Organización andaluz, Juan Cornejo, a emitir un voto particular al dictamen de la Comisión Federal de Listas. Y aunque las candidaturas salieron por unanimidad, ni Díaz ni los suyos participaron en la votación. Desde el federal no se quiso hacer más sangre y el secretario de Organización, José Luis Ábalos, replicó que “todos tomamos nota de todo” y restó dramatismo a la situación. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, mantuvo esta hoja de ruta y negó que haya “ningún pulso” con Andalucía, lo que no esconde la sensación de que el hacha de guerra va a tardar mucho tiempo en enterrarse.

El adiós de Pradas y el aterrizaje de Lina Gálvez

El voto particular que el PSOE andaluz incluyó en la Comisión Federal de Listas contenía un párrafo final con el que se intentan aparcar las diferencias, hasta que vuelvan a estallar muy probablemente tras las elecciones municipales. En el texto, los socialistas andaluces dejan claro que una vez votado el dictamen, hacen suyas las listas, que fue precisamente la actitud que tomó uno de los damnificados, Antonio Pradas.

En una publicación de Twitter, Pradas no escondía que “hemos sido sacados de las listas”, pero llamaba a quienes le “conocen y respetan” a que el 28-A “se movilicen para que la derecha no obtenga su objetivo”. Tras declararse “agradecido, honrado y orgulloso”, terminaba su mensaje con un “siempre PSOE. Viva el socialismo”.

La otra cara de la moneda la ponía la exconsejera de Conocimiento, Investigación y Universidad de la Junta de Andalucía, la independiente Lina Gálvez, que daba la sorpresa y se aupaba al número cuatro en la lista del PSOE a las elecciones europeas del 26 de mayo. De la misma se caía Soledad Cabezón, cercana a Susana Díaz, aunque se mantiene Clara Aguilera, que fue consejera de Gobernación con Manuel Chaves y de Agricultura con José Antonio Griñán.

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