La segunda ola de la pandemia arrecia. La distopía en Andalucía, en la hora de ahora, no alcanza los niveles surrealistas de desencuentro institucional de Madrid, aunque nuestro consejero de Salud, Jesús Aguirre, bien merezca una mención honorífica al disparate por su insuperable ininteligibilidad. El año hidrológico comienza con los embalses del Guadalquivir al 31 por ciento. Vientos huracanados, lluvia escasa: No se están dando circunstancias meteorológicas propicias para engordar más la cosecha. Parecidos irrazonables. El Gobierno municipal de Jaén perseguía el sueño que albergaba la mitad más uno de la población (Municipales Mayo’19): Desfacer los entuertos del pretérito imperfecto pepero, pero se está topando con contradicciones sociológicas internas. Raúl Gil, de Gilsanz, que ocupa la presidencia de Unibus en Jaén, el socio segureño de referencia en la concesión turística de ‘El Tranco’, para cuyo logro contó con el paisanaje cómplice del jefe de oficina del PSOE provinciano, Jacinto Viedma, en la hora de ahora, en el tránsito de dos años hacia la nueva adjudicación del servicio de autobuses urbanos de Jaén, prefiere a Castillo en lugar de un gigante forastero del transporte de viajeros. Más vale malo conocido. ¿Que le presiona su patronal? ¿Y sus amigos de la Segura psoística, no? Quico Cantero, mandamás de CCOO en Jaén, se erige en adalid (junto al CSIF) en la defensa de los trabajadores de Onda Jaén, impugnando judicialmente el expediente de despido. De nada sirvió la añoranza por aquellas tostadas de Nocilla, permítanme la chanza, que le preparaba Maribel Lorite, secretaria del actual alcalde, cuando el dirigente sindical compartía juegos infantiles con el hijo de ésta, José Manuel Higueras. No cupo síntesis afectiva.
Retortijones orgánicos en los principales partidos de Jaén. PSOE. Paco Reyes, ni con Susana Díaz ni con Felipe Sicilia. “Todavía no toca”. Hace bien en recordarlo, por más que la agrupación provincial del PSOE siempre rentabilizase su peso específico en el contexto regional/federal mostrando unidad sin fisuras desde los tiempos del chache Gaspar (La principal descalificación, en la hora de ahora, con que la derecha ataca al portavoz adjunto Sicilia es su pasado como supuesto ‘secretario de Zarrías’. Pero, ¿quién no ha sido en el PSOE de Jaén reciente, siquiera un viernes, ‘secretario de Gaspi’?). PP. El demoyismo fenece, en la hora de ahora, sepultado entre legajos judiciales. La pieza separada del caso Matinsreg se antoja la cruz de su lápida. La comunicación de José Enrique con el aparato no existe. El triunvirato de San Clemente -hijos putativos suyos, los tres- demasiado tiene con flotar, aferrado a la tabla de salvación de un escaño. “No hay mal que cien años dure”, chismosean que le dijo este 27-S, el día en que Ramón Palacios alcanzaba el siglo, Gabino Puche, su padre político, el Junco, el que se dobla (o doblega) pero no se parte, el único que mantiene el contacto. En el grupo municipal de Jaén, tras el consabido sobresalto por el último World Pádel Tour, los asesores enfrentados ya ni se miran a los ojos. La héjira inminente de Juan Bravo (íntimo de Chema Álvarez, aviso a navegantes), proclamada desde Sevilla a través del ‘Abc’, cuestionará liberaciones. Statua, muto, immobile. Cs. Secreto a voces. Inés Arrimadas no podía erosionar la autoridad del vicepresidente de la Junta. El revalidado liderazgo andaluz de Juan Marín trae aparejada la oficialización en la coordinación de Jaén de su fiel aliado Miguel Moreno, el ideólogo de la mítica ‘rebelión de los patucos’ que partió en dos al PP jaenciano. En la hora de ahora, no obstante, el contrapeso de Miguel en la provincia lo ejercerá la sevillana-marteña Mónica Moreno, tan parlamentaria por Jaén como Enrique Moreno, hijo del alcalde de Porcuna, promocionada a la secretaría regional de Acción Institucional por el influyente Fran Hervías, el Lobo, confortablemente refugiado en el Senado. Agotadora batalla. Hervías alentó la alternativa frustrada de Rocío Ruiz, consejera de Igualdad y Políticas Sociales. Juan Marín, que no consiguió una remodelación de Gobierno por la negativa del PP, forzó al menos la transferencia de competencias entre departamentos, menoscabando el poder de su contrincante. Rocío Ruiz perdía el IAJ, por ejemplo, en favor de Empleo, cuya titular, Rocío Blanco, tecnócrata alineada con Marín, cesaba a la mayor parte de sus coordinadores provinciales, entre ellos Daniel Sánchez Puerto, un ‘JASP’ del riverismo jaenero desde el ya lejano 2014. Hervías califica el relevo de “purga”. Mientras, en Vox Jaén, al irse al garete el proceso congresual por “irregularidades”, los dos candidatos, Salud Anguita y Gerardo Aceituno, a instancias de la ‘Nacional’ -¡Arriba España!-, se retiran. Francisco José Alcaraz, acérrimo detractor de Salud -entre tosirianos anda el juego-, que apoyó a Gerardo, se sale con la suya.