Dirige Pía, periódico independiente arcense, y trata de encontrarnos vínculos con los mahometanos más alejados en el tiempo. Hemos hablado con él de periodismo y de historia, o sea, de actualidad y de eternidad.
—De vez en cuando, a través del correo electrónico, nos llega un ejemplar del "Pía", el periódico digital que usted dirige y elabora. ¿Qué es "Pía"? ¿Qué espacio informativo trata de cubrir?
—Hace casi veinte años. Allá por 1995 aproximadamente, un grupo de amigos se reunía con una inquietud: hacer una publicación diferente que recogiera los pensamientos no oficiales. Allí estaban Curro Velázquez-Gaztelu, Laura que es una chica de Vitoria, Ramón Ruiz Barrera, Carmelo Padilla, Manuel Ángel Ahumada, mi hermano Jacinto y un grupo de colaboradores entre los que se encontraban los chicos del Ateneo Fuente Nueva. Todos decidieron ponerle de nombre PÍA (Panfleto Independiente Arcense), se reunían en la sede de la CNT porque no tenían nada propio y hasta Manuel García Reseco les dejaba una antigua multicopista que había servido en los años de la clandestinidad al Partido Comunista, pero esta publicación también era clandestina y las reuniones eran a la luz de una vela porque la sede carecía de electricidad. Recuerdo que me pidieron si podía colaborar con ellos y fue así que escribí un artículo sobre el Arroyo de la Nieves que desafortunadamente íbamos a perderlo porque el gobierno municipal lo estaba tapando, con la historia que este Arroyo posee…, esa fue mi entrada en PÍA y de allí surgió la Plataforma ciudadana que consiguió salvarlo. Más tarde con mi fotocopiadora íbamos haciendo los fotomontajes, cuando no teníamos el Photoshop y también por mi parte ponía el papel, las editoriales iban rotando, de un panfleto a otro te podías encontrar una línea parecida pero con una personalidad diferente. A las autoridades competentes no les caía bien nuestra publicación y nos llegaron a echar a la policía, pero como era gratis no pasó de ahí y nuestra publicación era muy buscada, sobre todo cuando Manolo Galvín entrevistó al ex-concejal del PP Andrades que perteneció al gobierno local. En PÍA tenía cabida todo el mundo, pero los que lo hacíamos posible teníamos difícil trabajar en Arcos, estábamos señalados y así Curro se fue a Vitoria, Ramón Ruiz se fue a Lleida, ahora está en Lisboa, yo acabé en Villamartín, Manolo Galvín siguió mis pasos y esta publicación desapareció, pero bueno el espíritu sigue ahí porque por lo menos yo seguía en los medios de comunicación y un día me harté de escuchar tantas "verdades" oficiales y decidí volver a sacar el PÍA porque en Internet no podían callarme. Lentamente aquellos antiguos compañeros se han ido enterando y ahora me siguen por internet, el primero en ponerse en contacto fue Ramón Ruiz, que se llevó una sorpresa y me preguntó por Facebook: - ¿José María…, eres tú? Ambos nos llevamos una gran alegría, hacía tiempo que no coincidíamos y añorábamos aquellos años, aunque sé que a todos los que están fuera ahora les cuesta más trabajo escribir…, ellos saben que PÍA es su casa, ahora un poco más amplia, con las oportunidades y horizontes que da la red, nuevos colaboradores que me pidieron que abriera otras puertas, de ahí que ahora es PÍA Andalucía porque las iniciales también coinciden.
En esta nueva etapa además de los desfavorecidos, publicamos también las notas de prensa de los partidos, siempre que nos las manden y mantengan los buenos modos.
—¿No le apetece trabajar en los medios informativos, digamos, tradicionales, por ponerle un nombre?
—He trabajado en ellos y a veces me avergüenza cómo me han utilizado o cómo los políticos creen que a través de ti pueden manipular a la gente. Quien paga se cree el dueño de la verdad absoluta y no admite críticas, he sufrido mucho por esto, porque en Puerto Serrano era el técnico de la televisión municipal, con participación también en la radio y los gobernantes de allí pensaron que yo tenía que estar de su parte y me impedían que grabara a la oposición, imagínate me pusieron a un comisario político para controlarme y éste señor se dedicó también a controlar mi vida privada, con quien salía, con quien hablaba… y cuando vio que estaba saliendo con una chica de la oposición, no veas… todavía sufro las consecuencias. Creo que siempre seré un disidente donde quiera que vaya, porque he visto desde adentro como el poder corroe o se deja corromper.
Me acordé de Manolo Téllez en Radio Arcos, al que he visto temer por su puesto si me entrevistaba cuando lo del Arroyo de las Nieves y le amenazaron por haberme dado voz, cosa que todavía le escuece porque nos apreciamos y le agradezco su confianza, que lo hiciera. Cuando he trabajado para agencias mi trabajo se volvía más arriesgado, cada vez que sacaba algo que me aseguraba el sustento tenía que huir…
—¿Qué cargo ocupa usted en el Ayuntamiento de Puerto Serrano?
—Ahora estoy en la Biblioteca Municipal y de notificador, creo que estoy mejor porque tengo buenos compañeros y una jefa que sabe apreciarme, no tengo la presión de quien teme por su silla porque gracias a Dios, el nuevo alcalde aunque del mismo partido es de otro talante, que lo cortés no quita lo valiente y a este hombre le tengo que dar las gracias porque sabe por lo que he pasado.
—Ha colaborado usted, al menos en sus últimos años, en los libros publicados por su padre, el recordado y gran conocedor de la Historia arcense Manuel Pérez Regordán. ¿Qué conserva usted de sus enseñanzas?
—Mi padre era muy grande y me inculcó los valores que tengo, en la vida no todo es el dinero, él no hacía sus libros para ganarlo, lo hacía por placer y no a todos les sacaba beneficios. Me di cuenta del valor de mi padre cuando escribió: "Los maquis en la provincia de Cádiz", destapando un informe secreto de la guardia civil que debía de haber sido destruido y se lanzó a la calle haciendo entrevistas…, fue el primero que publicó en España crimenes de Estado; secuestros y asesinatos cometidos también por la guerrilla. A un pariente suyo de Algar, a Miguel Sánchez Regordán lo llevó 40 años después de su secuestro a Genalguacil, donde vivía Pablo Pérez Hidalgo, el primer guerrillero de la agrupación antifascista "Fermín Galán" que lo había secuestrado cuando era un niño, mi padre hizo que se dieran la mano a pesar de que Miguel perdió a un hermano en otro secuestro porque reconoció al que sirvió de enlace, a Juan "El Yesero" al que después la benemérita le aplicó la ley de fuga, que esto estaba yo delante cuando se lo contaron a mi padre la propia Guardia Civil. Esto cualquier periodista de hoy tendría miedo y creo que mi padre sin serlo se arriesgó por contar la verdad, se jugó la vida. Cuando empezó con esta historia corría el año 1982, en el '81 en España se intentó dar un golpe de Estado.
—Sabrá usted que con motivo del 750 aniversario de la incorporación de Arcos a la Corona de Castilla se van a celebrar ponencias y conferencias por afamados medievalistas. ¿Continúa usted con sus trabajos históricos? ¿Piensa participar de alguna manera en esta efemérides que se acaba de poner en marcha?
—Hace unos días hablé con José Antonio Benítez para ofrecerle publicar en este periódico una serie que es un guión que tengo: "Las Uñas del León, de Don Rodrigo Ponce de León" que como sabes es un controvertido personaje del siglo XV y que conquistó más tierras que el Cid Campeador junto a nuestra gente, pues Don Rodrigo era el conde de Arcos que por aquellos entonces era la ciudad más fuerte de Castilla. También pienso que es momento de reconciliaciones y al igual que el Ministro de Justicia Gallardón va a otorgar el pasaporte español a todos aquellos judíos sefardíes que lo soliciten, creo que se debería hacer lo mismo con los andalusís porque no es ético que se haga con unos sí y con otros no. Creo también que el Ayuntamiento debería enviar una comisión de estudio a Trípoli porque los reyes taifas de aquí estaban emparentados con los de allí, solo que los de aquí duraron 50 años y los de allí más de 200. Durante los años que duró esto, desde Sijilmasa a 300 kilómetros al sur de Fes, en la actual Marruecos, se comerciaba con Arcos, hasta allí llegaban todas las caravanas de África y traían dátiles, marfil, diamantes, sedas… Si se crea una comisión de estudios para ver nuestra relación con el Magreb seguro que nos llevamos una sorpresa, hasta puede que surja un hermanamiento entre Arcos y Trípoli.