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La zambomba

"...justo lo que se hacía en los patios de nuestras casas de vecino y lo que siguen haciendo, imperturbables en la tradición, las mujeres de Beatriz Pacheco"

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Pregúntenle ustedes a los arcenses de mi edad qué es una zambomba y les dirán que es una fiesta navideña que se organiza alrededor de una tinaja tapada con un trapo o cuero, que precisamente da nombre a la fiesta, donde se cantan villancicos y coplas romanceadas al calor de una candela y una botella de anís. O sea, justo lo que se hacía en los patios de nuestras casas de vecino y lo que siguen haciendo, imperturbables en la tradición, las mujeres de “Beatriz Pacheco”.

Estos días atrás, y para celebrar la Declaración de la zambomba como Bien de Interés Cultural a cargo de la Junta de Andalucía, hemos asistido en el Palacio del Mayorazgo a una zambomba donde han participado las mujeres de “Beatriz Pacheco” y el grupo “Flamenco por Navidad”, que venía de Jerez de la Frontera.

No vamos a hablar aquí de pureza, entre otras cosas porque yo no me fio de las purezas y soy un enamorado de las mezclas y mestizajes. Tampoco vamos a criticar, porque sería como si una hormiga criticara al Mulhacén, que el flamenco jerezano, tan monumental, se haya incrustado en la música navideña. “Flamenco por Navidad” trajo un repertorio flamenco cien por cien, y las mujeres de “Beatriz Pacheco” se ajustaron a lo tradicional, a los villancicos y romances de siempre. Ese podría ser el titular del evento si mi amigo José Antonio Benítez no hubiera escrito otro mejor: “El año de la zambomba”.

Pero a lo que yo iba, o quería ir, es al distinto trato dispensado por la Junta de Andalucía, con un buen número de representantes en el acto, a los dos grupos intervinientes: mientras los jerezanos gozaron de uno de los salones del Palacio del Mayorazgo para retirarse a descansar entre actuación y actuación,  a las mujeres de “Beatriz Pacheco” se las veía cargadas con su zambomba de aquí para allá, de un patio a otro mientras llegaba su momento. No sé si alguien cobró, pero desde luego nuestras paisanas no. Y ya la guinda: terminado el acto las vimos salir con la tinaja, dispuestas a llevarla andando Corredera abajo.

Ya sabemos que los arcenses nos volcamos con los de fuera. Eso dice mucho y bueno sobre nuestro pueblo. Pero también tenemos una faltita, y es que a los nuestros no los valoramos en su justa medida. Las mujeres de “Beatriz Pacheco”, que han tenido un merecido homenaje de la Diputación de Cádiz en estos días atrás, fueron ninguneadas en la zambomba del otro día que organizó la Junta de Andalucía.

Quiere uno pensar que fue un error, uno de esos fallos en la organización de los eventos que a veces se producen. Porque lo otro sería pensar en una intolerable discriminación. Con todo, aquí está este carbón negro en forma de artículo, para que la próxima vez la Junta se piense mejor las cosas. Felices Reyes a todos.

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