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Flor de sal, acuicultura, turismo, baños saludables... en la Isla San Paulino de Barbate

Elaborado el proyecto de economía azul para recuperar las salinas y poner en valor las marismas de la Isla de San Paulino en Barbate

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  • Imagen de unas salinas.

La vicerrectora de Política Científica y Tecnológica de la Universidad de Cádiz, María Jesús Mosquera, estuvo, días atrás, en el Ayuntamiento donde hizo entrega al alcalde de Barbate, Miguel Molina, el proyecto de ‘Diagnosis, restauración y dinamización de la isla de San Paulino, Barbate estrategia de formación y capacitación técnica para el emprendimiento azul’, realizado por el grupo de Conservación de Humedales Costeros, liderado por el profesor Alejandro Pérez Hurtado.

Mª Jesús Mosquera puso en valor la importancia de la transferencia del conocimiento de la Universidad hacia las entidades locales para su desarrollo sostenible, al tiempo que Miguel Molina agradeció el acercamiento de la Universidad a su territorio y las complicidades desarrolladas para que sea la cuna de la economía azul en la provincia. Y Juan Manuel Polaina (responsable provincial de Andalucía Emprende) dio las gracias al Ayuntamiento y a la Universidad por el desarrollo de este proyecto que permite el emprendimiento azul y da una nueva visión de desarrollo territorial de Barbate.

La concejal de Fomento, Gemma Rivera, abrió el acto para señalar que “es un día muy importante y especial porque desde la UCA se nos hace entrega de un proyecto” que “se hará realidad y que nació en el primer foro de Economía Azul celebrado en Barbate” y que busca “poner en valor y recuperar las salinas en Barbate mediante la biodiversidad y sostenibilidad pero sin olvidarnos del ámbito económico”.

Juan Manuel Polaina, de Andalucía Emprende, se mostró entusiasmado del trabajo realizado codo con codo con el Ayuntamiento y la UCA en un proyecto que mantiene la filosofía del “emprendimiento contando con los recursos y las personas de las zonas” en los que se desarrolla.

En cuanto a Miguel Molina, alcalde de la localidad, destacó la importancia de este tipo de acciones que “ponen en valor nuestro entorno a través de proyectos respetuosos con el medio ambiente pero que a la vez cuentan con una proyección económica y social” tal y como ocurre con la recuperación de las marismas y salinas, la integración del puerto y otras iniciativas que en la que ya trabajamos para potenciar nuestro parque natural de La Breña” de la mano con su junta rectora.

Para Molina es “un día de agradecimientos a la UCA, a Andalucía Emprende, a los voluntarios medioambientales, a los gestores del Parque Natural y a nuestros técnicos” y es “un día para estar de enhorabuena porque es un proyecto que llevaba en el programa de Gobierno pero que no era sencillo de llevar a cabo”, en referencia a la puesta en valor de la Isla de San Paulino. La clave estuvo en ese mencionado foro de economía azul que se llevó a cabo en la Lonja Vieja y del cual nació el mismo. “Barbate puede presumir de su entorno natural mágico y de su potencial en el área de la economía azul”, añadió el primer edil para concluir indicando que “esta es la primera fase que dará paso a la siguiente basada en la recuperación de las naves. Proyectos que como otros que ya están en marcha y otros que aún están por perfilar, se llevarán a cabo trabajando con la UCA que es el mejor garante del desarrollo sostenible”.

Para cerrar el acto, el profesor Pérez Hurtado realizó una presentación del trabajo, donde ha destacado el estado actual de la marisma de la isla de San Paulino, el proceso de recuperación y las obras que necesitan; así como las estrategias de capacitación y formativas necesarias para el desarrollo azul de Barbate.

En dicho acto, se contó con la presencia de representantes del Parque Natural Bahía Marisma y la Breña de Barbate, la Asociación de Voluntarios Trafalgar, del Club Deportivo de Caza El Cartucho, la consultora Trafalgar, el CADE de Barbate, GALP y AMAPE.

Imagen de la zona de actuación.

Un proyecto de futuro

Alejandro Pérez Hurtado, investigador responsable del Proyecto y profesor de la Universidad de Cádiz, indica que “las marismas en general y por supuesto las marismas de Barbate en particular, encierran un tremendo potencial para el desarrollo de sus valores  culturales económicos y ambientales”. Sin embargo, “aunque hay zonas de  marismas dedicadas a la acuicultura en Barbate, unas extensas superficies  de Marismas se encuentran en estado de abandono, como es el caso  concreto de la isla de San Patricio, más comúnmente conocida como Isla de  San Paulino”.

Por lo tanto, con este proyecto “pretendemos desarrollar una  diagnosis ambiental de las marismas de la Isla de San Paulino, para  proceder a una propuesta de restauración y puesta en valor de estas  marismas que permitan su recuperación ambiental y la dinamización de  este territorio de Barbate con la implantación de usos y actividades  económicas sostenibles”, al mismo tiempo que “contribuye también a presentar una estrategia de Formación y capacitación técnica de nuevos  emprendedores y empresarios en activo que pudieran más adelante  contribuir a la diversificación económica y desarrollo de economía azul en  estas marismas a través del desarrollo nuevas actividades económicas  presentadas en este estudio”.

Las marismas son un “legado de la historia”, y “desde la época fenicia y romana fueron utilizadas por el ser humano para  la explotación de sus recursos, principalmente sal y peces”. En el caso de  Barbate “tenemos constancia que en las marismas de San Paulino existían  salinas artesanales que se utilizaban para producir el salazón necesario en  las almadrabas con objeto de conservar el Atún”, pero con “la aparición de la industria del frío, la sal perdió su valor para preservar  los alimentos y la actividad salinera en Barbate fue perdiéndose  paulatinamente”.

Estado de abandono

Ese abandono conllevó “la colmatación de sus estanques, la rotura de los muros perimetrales conocidos como vuelta de fuera por la acción de las mareas, lo que acelera  el proceso de degradación y desaparición de las estructuras interiores,  sedimentación y proliferación de la vegetación”. Al abandonarse la actividad humana en la marisma también disminuye la heterogeneidad ambiental, la biodiversidad y por supuesto se pierde la economía asociada a estos espacios.

Es interesante señalar también que se pierde también “un tercer factor no  menos importante, que consiste en el legado cultural asociado al uso  artesanal de las marismas y que los Maestros salicultores y acuicultores  transmitían de padres a hijos generación tras generación”, legado de conocimiento que “no sólo no debe de perderse, sino que debemos aunarlo a la innovación generada por la investigación en este caso generada por la Universidad de Cádiz”.

En la actualidad la marisma de Barbate, que se conforma como parque Natural, en su zona Norte desarrolla actividades de acuicultura y en algunas zonas perimetrales existen actividades ganaderas pero “la extensa zona de la Isla de San paulino se encuentra abandonada con ausencia por tanto del desarrollo de actividades económicas en la Isla”.

Su puesta en valor

De ahí la importancia de este proyecto que comienza con una diagnosis del estado actual de la Isla de San Paulino para proceder a una propuesta de restauración ambiental y una propuesta de diversificación económica y usos para la dinamización del  territorio y la economía azul en la zona”, al tiempo que sirve de base para la solicitud de la concesión administrativa por parte del Ayuntamiento a Demarcación de Costas del dominio de la Isla de San Paulino”. Y es unas marismas “en activo y bien manejada permite el incremento de la Biodiversidad, principalmente de la avifauna, al tiempo que permite el desarrollo de actividades de ecoturismo, rutas guiadas y actividades de educación ambiental y turismo ornitológico siempre diseñadas de forma sostenible.

La Isleta de San Paulino posee una superficie según catastro de 334.886 metros cuadrados. Se trata de terrenos en Dominio Público Marítimo Terrestre y  está situada en pleno Parque Natural La Breña y Marismas del Barbate. El estado de la finca, como en la mayoría de salinas existentes en la provincia de Cádiz, se encuentra abandonada desde hace más de 40 de años. En este caso en concreto, en el año 1920 se otorgó la concesión a Serafín Romeu y Fages para formar  una salina. Esta concesión se transfirió a Isla de San Paulino S.A y posteriormente a Cupimar SA, pero en el año 2002, al no cumplir con las obligaciones y abandonar la actividad, se  procedió a tramitar expediente de caducidad por Orden Ministerial 7 de enero de 2004. Hay permanece en estado de abandono.

Algo que quiere corregir este proyecto que tiene por objeto solicitar acciones de mejora y adecuación del espacio ligado al mantenimiento de estructuras, así como  la concesión para la ocupación y uso en el Dominio Público del espacio  por un periodo de 30 años para los nuevos usos y aprovechamientos con usos como el salinero (producción de Flor de sal, Sal Marina Virgen y otros tipos de sales); uso acuícola (producción de especies piscícolas); uso público (senderos, instalaciones y jornadas sin lucro); uso para la investigación (proyectos y acciones vinculadas a la experimentación, innovación y laboratorio); para la educación ambiental (jornadas, talleres y actividades para fomentar la transmisión de valores; la talasoterapia (baños saludables y enfocados al bienestar); uso recreativo o náutico (uso de embarcaciones ligeras); así como acciones en fomento de la biodiversidad de la avifauna.

Presentación del proyecto.

 

Acciones a llevar a cabo

Para llevar a cabo estas acciones y darle los nuevos usos es necesaria la restauración de la zona acuícola, que cuenta con una superficie de 56.609 m2, al tiempo que se debe recuperar y limpiar las naves de cultivo existentes para la producción de micro/macro algas, pescado de estero, moluscos, crustáceos y otras especies de acuicultura.

También se llevará a cabo la adecuación de un estero, con una superficie de 51.609 m2,  para la producción, acuícola,  salinera, al tiempo que sea compatible con actividades recreativas realizadas en pequeñas embarcaciones ligeras. Otro paso es la restauración de la zona de cristalizadores y vueltas de retenida existentes para la producción artesanal de sal.

 Está prevista dentro del proyecto la adecuación de una antigua tajería como Spa salino o talasoterapia, y la recuperación del cuarto de aperos que se encuentra  en un estado total de ruina.

Otra acción se centrará en el arreglo de la vuelta fuera y adecuación de los muros interiores como senderos transitables para el disfrute y ocio de la ciudadanía, al tiempo que se procedería a la adecuación explanada e instalación de módulos de apoyo para distintas  actividades.

Por último, el proyecto también quiere establecer una vinculación con las empresas, colectivos y nuevos emprendedores para llevar a cabo esta puesta en valor de la Isla de San Paulino, por lo que prevé la puesta en marcha de distintos cursos y jornadas formativas orientadas a estos objetivos centrados en el desarrollo de la economía azul.

La inversión inicial para este proyecto es de 303.128,25 euros de presupuesto de  ejecución material, financiados con recursos propios, a través de financiación bancaria y subvenciones en las que pueda optar el Ayuntamiento, sobre todo procedentes de los fondos europeos, centrados en la actualidad en el fomento de la economía azul.

Una inversión que comenzaría a generar ingresos de forma casi inmediata a  gracias a las visitas a la finca mediante guía; a la talasoterapia con intervención de profesionales; a los paseos en embarcaciones ligeras; a la venta de productos de estero o piscícolas como microalgas, pescado de estero, crustáceos y moluscos; así como a la venta de sal marina virgen y Flor de Sal. Aunque es complicado de evaluar, el proyecto estima que al cuarto año de su inicio se ingresaría anualmente unos 217.842,24 euros.

 

 

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