Rebeldes y libres. Si el feminismo no es de todas, no es de ninguna es el vigésimo libro escrito por la periodista y activista social mexicana Lydia Cacho, y el primero que investiga y edita en España. Una obra que tiene todos los ingredientes para convertirse en un manual pedagógico de feminismo joven y que ha visto la luz tras ocho meses de trabajo a conciencia en los que Cacho ha entrevistado a 175 chicas de entre 11 y 16 años. De todas estos testimonios, 168 están publicados. La periodista, afincada en Málaga tras obtener la nacionalidad española a finales de 2021 por naturalización ante las amenazas de muerte recibidas en su país, tuvo claro desde el primer momento que este trabajo tenía que ser una radiografía fiel a la realidad diversa en la que vivimos, y por ello contactó con chicas “de todos los sitios”. “Para mí era importante que estuvieran las niñas de las regiones más pobres de España, que se vieran reflejadas las que viven en condiciones de pobreza extrema y exclusión, y las de los privilegios económicos de las grandes ciudades”, cuenta a VIVA CÁDIZ.
El resultado es un libro que ahonda en cómo ve el feminismo la denominada Generación Z, desde una mirada integral, dándoles voz. “Todas las chicas son españolas, de diferentes orígenes, algunas son migrantes que viven en España desde pequeñitas”, matiza. Todas se han abierto en canal y les han contado su visión, lo que les frustra que les encasillen por su edad, derribando estereotipos y dando toda una lección pese a su juventud. Para la propia Cacho, que ha trabajado mucho con este colectivo a lo largo de su trayectoria, ha sido todo un hallazgo, como ella misma reconocía a este medio el pasado miércoles apenas una hora antes de presentar su último proyecto en la Fundación Cajasol de Cádiz. “Ha sido una experiencia muy reveladora, las chicas me dejaron increíblemente impresionadas, recuperé mucho la fe en la humanidad, de verdad, después de entrevistarlas. Definitivamente vienen tiempo mejores para las mujeres”, afirma, cargada de esperanza. Lo que más le ha “impactado”, tal y como explica, ha sido la “habilidad” de chicas de diferentes edades y contextos “para entender sus derechos y la manera de argumentar esos derechos. Entendí con claridad que lo que hemos hecho las feministas está ahí, en esta generación”, señala.
Y es que
Rebeldes y Libres no es solo feminismo en presente ni en el futuro, sino una confirmación de que las bases estaban bien puestas y que todo el trabajo de antaño en igualdad no ha sido en vano. “El pasado del feminismo nos da la razón de que estábamos haciendo lo correcto. Tantas mujeres españolas hicieron un gran esfuerzo en feminismo, en la cultura de la igualdad, para que esta llegase a las escuelas y los institutos. Ahora estas niñas elaboran todos sus derechos y hablan del feminismo como no lo hacen personas adultas que piensan que son feministas y no son capaces de elaborarlo con tanta claridad y profundidad”, precisa. Una capacidad que contrasta con lo juzgadas que se sienten sus protagonistas permanentemente. “Sienten que se les trata como si hacen todo mal...todo el día con el móvil, sin interés en la vida, y pocas veces se les llega a escuchar”. Si hay alguien con una habilidad especial para entenderlas esa es Lydia Cacho. El pasado miércoles, en otra muestra de su generosidad, quiso compartir su presentación con Cristina, de 14 años, que forma parte de uno de los 175 testimonios tan relevadores. Ella y el resto de jóvenes que aparecen en este libro “echan por tierra” todos esos clichés sobre las chicas jóvenes, cansadas de que se les acuse de sobreexposición en redes y de apatía. “Son las más conscientes, las más activistas, las que más se preocupan por las otras, por el medio ambiente, con las ideas súper claras y muy contundentes”, subraya, poniendo en valor un discurso de estas jóvenes que está muy alejado de la fragmentación que vive el movimiento feminista en el país por la aprobación de las leyes Trans y Solo sí es sí y del que estas chicas, evidentemente, tampoco son ajenas.
El movimiento “más global”
“Ellas mismas (por las chicas) lo reclaman y lo critican porque que no tiene ningún sentido, porque esta polarización le da la razón a conservadores y a la ultraderecha, a quienes quieren arrebatar los derechos. Lo dicen niñas de 14 años que tienen claro que nuestros derechos no están comprados y no hay tiempo para pelearse y tienen todas las razón, porque quien gana con esta polarización son los enemigos de las mujeres”, advierte Cacho, que no tiene duda sobre a quién hay que pedir explicaciones por esta división y señala directamente a "la irresponsabilidad política al lanzar ataques en contra de un grupo de mujeres para defender a otro". "Esto es gravísimo -alerta- para defender unos derechos no puedes erradicar otros. Ser mujer no es un privilegio, es un hecho”, recalca para hablar de un movimiento que no entiende de fronteras. “No hay ningún movimiento social en la historia que sea tan global y tan democrático como el feminismo, en sí mismo es democrático”, concluye.
Esta presentación ponía el broche de oro a una semana muy especial después del Premio Max ex aequo a la mejor actriz que la SGAE otorgó a Marta Nieto y Marina Salas por su interpretación en
La infamia. Emocionada, Nieto se adordó de ella en su dedicatoria tras alzarse con un galardón en el que dan vida a una parte complicada de la vida de la periodista, cuando fue secuestrada y torturada, "que ya no duele". “Fue un momento precioso”, subraya Cacho, que pudo vivir en directo en el Teatro Falla de Cádiz, ciudad de la que confiesa estar "absolutamente enamorada".