En el caso de países desarrollados, el consumo de medicinas falsificadas cae al 2 por ciento, mientras que en países africanos, latinoamericanos o la India la falsificación de los medicamentos puede alcanzar hasta el 70 por ciento.
Estas falsificaciones se deben en el 43 por ciento de los casos a la ausencia total del principio activo, aunque también es frecuente que estos productos -cuya dosificación suele ser incorrecta- contengan impurezas o sustancias tóxicas, como polvo de ladrillo o anticongelante.
Según informó ayer en rueda de prensa la coautora de la investigación, Nuria García-Agua, durante 2007 fueron decomisadas más de cuatro millones de unidades.
También destacó el crecimiento que han experimentado los productos alimenticios diseñados para trastornos como la obesidad.
Los riesgos asociados a la venta de medicamentos a través de la red están relacionados con su impacto sobre la salud pública, sobre todo por la falta de información que se tiene acerca del propio producto y la pérdida de control de la cadena del mismo.
Otra forma de falsificación es el desvío ilegal, por ejemplo cuando los gobiernos compran medicamentos a precios rebajados para los hospitales estatales, pero son desviados al mercado callejero.
El informe Medicamentos por Internet. Fraude, ventaja o nuevo paradigma, auspiciado por el Comité Asesor Científico del Colegio de Médicos de Málaga, subraya la mitomanía que existe en la población que se automedica, dado que no es consciente de los efectos secundarios que llevan consigo.
El presidente del Colegio de Médicos de Málaga, Juan José Sánchez, comentó la labor “detectivesca” que en ocasiones deben realizar los médicos para el diagnóstico de enfermos.