El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, Seprona, ha declarado como investigado al gerente del establecimiento hostelero que fue denunciado en septiembre por, presuntamente, echarle agua hirviendo a un perro, ocasionándole quemaduras de segundo y tercer grado, según el parte veterinario que se adjunta a la denuncia interpuesta por la dueña del animal.
El encargado del establecimiento hostelero aparece ya como investigado, antes imputado, por un presunto delito relativo a la ordenación del territorio y a la protección del patrimonio histórico y del medio ambiente, en concreto por maltrato de animales domésticos.
En este sentido, este pasado fue llamado a testificar por parte del Seprona. El investigado declaró ante la Guardia Civil porque “quiere que se resuelva todo lo antes posible”. Al respecto, fuentes cercanas al mismo indican que está de baja y que lo han echado del restaurante en el que trabajaba como encargado y en el que supuestamente se produjeron los hechos. Además, estaba de baja psicológica ante la avalancha de “insultos, amenazas y difamaciones” que ha tenido que soportar, sobre todo a través de las redes sociales. De hecho, no descartan desde el entorno del investigado iniciar una avalancha de denuncias “por difamación, injurias y divulgación de las mismas”.
También han declarado los testigos del País Vasco que veranean en Conil que aparecen en la denuncia de la dueña de Pola. En este sentido, los tres testigos han prestado declaración ante la Ertzaintza. En sus declaraciones han afirmado lo mismo que en la denuncia interpuesta ante la guardia civil.
Por otro lado, Begoña, la propietaria de Pola, que aún no ha sido citada a declarar, informa a este medio que el animal está mejor aunque la zona quemada sigue sin vello y de color rosa, aunque espera que “pronto le crezca el pelo, pero no sabemos si le volverá a crecer”.
Cronología de los hechos
Cabe recordar que el pasado día 14 de septiembre, la dueña de Pola, “un perro que adopté porque había sido víctima de maltrato animal”, denunciaba al encargado de un bar restaurante porque supuestamente éste le vertió agua hirviendo en el lomo del animal. Ocurrió a comienzos del presente mes de septiembre. Concretamente el 3 de septiembre en Conil de la Frontera.
Uno de los testigos, natural del País Vasco, y que figura en la denuncia interpuesta en la Guardia Civil, relata que “llevo siete años veraneando en Conil, y suelo hacer la misma ruta antes de llegar a la playa”. En uno de los establecimientos de esa ruta, una cervecería, “vi al perro de una amiga pero a ella no. La llamé para que lo recogiera. También había visto al dueño de la cervecería llenar un recipiente con agua hirviendo de la cafetera industrial, pero claro, pensé que era para poner una infusión en la terraza. Yo estaba dentro del local”.
La dueña del perro, Begoña, llegó inmediatamente al establecimiento buscando a su perra. No estaba. Al rato el animal apareció, “jadeante y con el pelo húmedo”, y fue cuando un grupo de chicas le preguntaron si era suyo. Cuando dijo que sí, le contaron que "el dueño de la bar le había echado una jarra con agua hirviendo encima".
Begoña se dirigió inmediatamente al dueño y le preguntó si aquella acusación era cierta. “Me dijo que no, que le había echado agua fría, y que esas chicas estaban locas y que llevaban toda la mañana fastidiándole”.
Pero “para mi sorpresa, comenzaron a aparecer clientes que habían estado en la terraza y se pusieron a insultar al dueño, incluso alguno intentó agredirle, llamándolo de todo, diciéndole que eso no se hacía, que era un monstruo, que era un maltratador y cosas peores”.
El dueño insistió en que era agua fría, pero “la perra había salido despavorida y gimiendo mucho.
Algunos vecinos la vieron por la Plaza de Guzmán gimiendo”. Además, “en la denuncia se aporta el informe veterinario que habla de quemaduras de segundo y tercer grado”.
Versión está que coincide con el testigo del País Vasco. “Al dueño le empezaron a insultar. Otros clientes se levantaron de sus mesas y se marcharon. Uno quería pegarle. Luego se le pidió la hoja de reclamaciones y en un principio se negó a darla, aunque cuando se llamó a la Guardia Civil, el propietario se fue del establecimiento y volvió con el libro de reclamaciones”.
Este testigo reconoce que no “le vi echarle el agua hirviendo porque estaba dentro del bar, pero sí le vi llenar una jarra con agua hirviendo y salir a la terraza, pero claro, jamás se me pasó por la cabeza que su intención era echársela encima a un perro”.
Todos los testigos afirman que “hubo mucha tensión, se iba a liar gorda”.
Quienes sí le vieron presuntamente hacerlo, fueron tres chicas que al parecer, como recoge la denuncia, le habían dado algo de comer al perro. Ellas fueron quienes pusieron en conocimiento de la dueña del animal lo sucedido. “Ese hijo de p… le ha tirado agua hirviendo a tu perro”, me dijeron.
Y aunque el denunciado insiste en que era agua fría, y eso a pesar de que tuvo que encararse con muchos de los clientes que en ese momento estaban en su terraza y aparecen como testigos en la denuncia, “llamé a la Guardia Civil porque supe que era cierto, porque Pola estaba jadeante y se veía que estaba sufriendo. Los agentes me dijeron que para interponer la denuncia necesitaba un parte veterinario, pero resulta que según me dijo la veterinaria, debido a la constitución de la piel, las heridas tardarían en verse. Así que al cabo de unos días, efectivamente, a Pola comenzó a caérsele el pelo y se hizo visible su enorme herida”.
Resultado, penicilina, antibióticos, curas con suero, debido a, como recoge el parte veterinario, “quemaduras de segundo y tercer grado”. Y con el parte en la mano, la propietaria del perro se fue “a poner la denuncia ante la Guardia Civil”.
“Quiero que le sancionen, pero sobre todo quiero que jamás vuelva a maltratar a un animal”, señala Begoña, la dueña de Pola, un perro de raza Cocker que aún sigue con el tratamiento aunque “está mucho mejor y ya le queda poco para curarse”.
Tal y como recoge la denuncia, “en el veterinario se ha gastado unos 115 euros, pero lo que persigue realmente la denunciante es que dicha persona deje de maltratar animales porque cuando el perro estaba con las chicas (testigos), una empleada les comentó que mucho estaba
tardando su jefe en salir a darle una patada al perro o en arrojarle agua hirviendo”.
La versión del encargado
Por otro lado, fuentes cercanas al encargado del bar relataron por su parte a este medio que “nos amenazan, nos insultan, sin saber qué ha ocurrido de verdad”. De hecho, "nosotros vamos a interponer varias denuncias por difamación y calumnias, y también por insultos". Y es que desde mediados de septiembre, cuando subieron "”a las redes sociales el caso, hemos comenzado a recibir amenazas e insultos, además del daño que provoca a la imagen del bar porque no somos maltratadores".
Este medio tiene en su poder una de las denuncias que han interpuesto, aunque tanto el dueño del bar como sus testigos prefieren seguir manteniendo el anonimato, "al menos hasta que llegue el juicio porque queremos ir hasta el final, y denunciaremos a todos los que compartan la publicación en facebook que hicieron la semana pasada, y por supuesto a todos los que nos están insultando".
Por otro lado, uno de los testigos, trabajador en el citado establecimiento, explica la versión del propietario. Así dice que "estando en la terraza, había un grupo de seis personas bebiendo, les llamo la atención porque es un lugar público y para que se controlen".
"Mientras tanto el perro que ya conocemos de muchos años, ya que, vive cerca, deambula sólo sin bozal, sin cadena y sin dueña, haciendo sus necesidades para que otros las limpien", estaba en la terraza. "Hay veces que molesta a los clientes porque no a todo el mundo le gustan los animales.
Tenemos bebederos de agua para perros y nunca hemos maltratado a ningún animal. Pueden hablar los clientes habituales que tenemos para verificar que esto es cierto", indica.
De hecho, "la mayoría de nosotros tenemos perros y otros animales. ¡No somos maltratadores!".
En ese momento, "un empleado sale con una jarra que estaba lavando la compañera y le echa agua del grifo al perro para que se vaya del lugar y cuando el grupo lo ve empiezan a alarmarse y a gritar que se le ha echado agua hirviendo", algo que insiste "no es cierto", por de hecho "el perro ni reaccionó, siguió donde mismo. Con el calor que hacía lo agradeció".
Además, "cuando una empleada dice que no es verdad que se le ha echado agua hirviendo, uno del grupo de seis personas que estaba en la terraza intenta agredirla y se enfrenta a ella".
Luego "rellenan la hoja de reclamaciones que en ningún momento se les niega", pero "todo esto seguido de insultos a todo el personal del bar, y es que estaban hartos de alcohol".
Más tarde, relata, "llega la guardia civil y pone un poco de orden, aunque se ve claramente lo eufóricos que están" pero "la dueña del perro se va nada más llegar la guardia civil".
Según este testigo que aporta la versión del dueño del bar "ella (la propietaria del perro) es la primera que tiene que dar la cara con su perro y defender lo que ha ocurrido. Aclarar que ella en ningún momento es conocedora de todo esto hasta que los chicos se cansan de estar allí y se van y ven al perro cerca de ella y le preguntan".
Los agentes "lo único que dicen es que, si el perro tiene algún daño que lo lleven al veterinario y hagan la denuncia, pero según esta versión "no lo llevaron al veterinario ni denunciaron... ¿Por qué espera a hacerlo pasado este tiempo?"
También se pregunta "¿cómo se ha hecho ese pobre animal eso? Hasta hace una semana (esta conversación fue a finales de septiembre) estaba el perro dando vueltas por aquí en la misma situación sin bozal, sin cadena y por supuesto sin dueña, y sin signos aparentes de maltrato". Y eso que "hace más de un mes de este hecho", por lo que se pregunta con qué fin "sale ahora en todas la redes sociales".
Por otro lado, desde la versión del propietario del bar en cuestión se insiste en que "las personas que comparten sin tener ni idea de nada, que por favor se abstengan de comentarios inoportunos y si tienen algo que decir que lo digan cuando se les llame para declarar. Y por favor, escuchen siempre las dos versiones".
De hecho insiste en que “no se le echó agua hirviendo, solo agua del grifo”.
Este medio ha puesto las dos versiones de lo ocurrido pero seguimos sin poner ni el nombre del bar en cuestión, ni los nombres de las personas denunciadas por una y otra parte, al menos hasta que se dictamine si habrá juicio o haya una sentencia o multa en firme.