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Una apuesta por la calidad que empieza a tener sus frutos

El Grupo Potito recibe una nueva Q de Calidad. En esta ocasión para su último restaurante: Alamar

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  • Galardonados con la Q. -

El pasado 18 de enero, el Instituto de Calidad Española entregaba la Q de Calidad al restaurante Alamar de Cádiz que regenta el Grupo Potito. Un establecimiento hostelero que era inaugurado el pasado mes de junio.

El Grupo Potito cuenta ya con la Q de calidad turística y la Medioambiental de la Entidad Nacional de Acreditación (Enac), la certificadora que lo acreditó en octubre de 2014, en los chiringuitos Potito y Potito Beach, a la que se suma la obtenida en el restaurante Alamar otorgada en esta gala.
Según el gerente del restaurante, Miguel Ángel Sánchez, “ha quedado patente el esfuerzo que realizamos desde este grupo empresarial por obtener certificaciones de calidad, por darle a nuestro cliente un servicio acreditado, y por hacernos distinguir en una sector muy complejo y donde existe mucha competencia”.

El restaurante Alamar es el tercer establecimiento de este grupo que consigue la distinción y para ello ha contado con una serie de premisas “importantísimas que son las que permiten obtener la Q de Calidad”. Entre otras cuestiones piden instalaciones que o son nuevas o deben contar con un mantenimiento diario que impida la existencia de óxidos, desniveles en el suelo… Asimismo, en cuanto a la plantilla debe contar con una serie de cursos de hostelería, de manipulación de alimentos, de riesgos laborales y otras cuestiones, como son los productos alérgenos, que hacen que “los diferencie del resto de trabajadores del sector”.

También se hace uso de otras medidas como es la utilización de un láser para medir los alimentos congelados, el control de los productos, la retirada de los residuos, que de forma selectiva se distribuyen entre orgánicos, cartón y vidrio. Además, se prohíbe que quienes estén trabajando puedan fumar durante su horario laboral. Se llevan pruebas y muestras de los productos, de las manos de los trabajadores. Por ejemplo, los cocineros no pueden tirar la basura”, explica Sánchez.

Según el gerente del grupo, “el proceso es costoso. Es necesario un asesor externo contratado por parte de la empresa. Dicho asesor obliga a realizar una serie de tareas diarias para poder optar a la Q de Calidad. Hay que hacer lo que él nos dice, porque si no sería tirar el dinero”. Semanalmente, este asesor externo realiza una revisión de todos los productos y medidas a tomar durante el año. Después, durante tres días nos revisan todo lo que exige tener la Q de Calidad. Sánchez añadió que “hay un enorme trabajo detrás de todo el equipo y de quienes invertimos en este tipo de establecimientos. Un trabajo que consideramos que tiene que ser considerado por el cliente y que no puede pasar desapercibido en la propia ciudad”.

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