La sesión de ayer, la más concurrida de las tres que conforman la muestra, presentó ante un público totalmente entregado, de hecho estaba mayoritariamente integrado por familiares de los “artistas”, a cerca de 180 niñas y algún niño de entre 4 y 15 años de edad que demostraron en el escenario su desparpajo, sentido del ritmo y buenas maneras a la hora de bailar un tanguillo.
Los alumnos de Carmen Peña, María del Carmen Casanova y Estela González, Patricia Valdés y Manuel Moreno se defendieron como auténticos profesionales y evolucionaron sobre el escenario según los ensayado y el guion establecido por sus profesores.
A pesar de que la tarde se cerró en lluvia, los estudiantes acudieron a la cita vestidos para la ocasión y combinando con vestidos flamencos, flores, tacones y canastos, chubasqueros y prendas de abrigo al cobijo de los pertinentes paraguas.
Pero dentro del teatro, el frío y la lluvia se tornó en nerviosismo y, mientras las madres y familiares se afanaban en dar los últimos retoques al maquillaje o a la indumentaria, los pequeños protagonistas se mostraban ansiosos por presentar al público su arte.
Coreografías simples, bien ejecutadas, con algún que otro tropezón -no se les puede pedir más a estos pequeños-, y muchas ganas confirmaron que la tradición flamenca y carnavalesca no se va a perder pronto, ni mucho menos. Hoy tendrá lugar la última sesión de la muestra en la Peña Flamenca Amigos del Cante.