En un primer momento los agentes sospecharon que éstos hechos podrían haberse producido con la finalidad de robar las joyas
Agentes de la Policía Nacional han detenido a un hombre, de 60 años, con numerosos antecedentes policiales, como presunto autor de la profanación de tres sepulturas en el cementerio de Andújar (Jaén).
En un primer momento los agentes sospecharon que éstos hechos podrían haberse producido con la finalidad de robar las joyas que algunos familiares dejan en los cadáveres de sus seres queridos, centrando sus investigaciones en un joven que posteriormente fue descartado como posible autor, según informa la Policía en un comunicado.
Según consta en la denuncia interpuesta en la Comisaría de Andújar el 14 de marzo de 2019, durante la noche anterior, se había producido la violación de un sepulcro y profanación del cadáver de una mujer que había sido sepultada el día anterior.
Posteriormente, el día 5 de mayo se daba cuenta de los mismos hechos, esta vez en dos sepulturas de dos mujeres, que habían aparecido fuera de sus féretros, provocando, el presunto autor, daños en el cementerio que superaban los 4.000 euros.
Descartado un primer sospechoso, los investigadores se centraron en el ahora arrestado, ya que, según manifestaciones de los trabajadores, desde los primeros días del año, habían detectado la presencia de un individuo que no era de Andújar el cual, prácticamente se pasaba todo el día en el cementerio, llegando incluso a realizar proposiciones de tipo sexual a mujeres mayores que frecuentaban habitualmente el camposanto.
Con estas y otras informaciones, los agentes identificaron al presunto autor, un hombre que cuando se cometieron los hechos contaba con 59 años de edad, natural de una población asturiana.
Los investigadores han tenido conocimiento de hechos similares ocurridos en los cementerios de Arquillos (Jaén), El Carpio y Pedro Abad (Córdoba).
Intercambiando información con la Guardia Civil se constató que los mismos hechos que se estaban sucediendo en éstas poblaciones, podían haber sido realizados por el sospechoso ya que cada vez que ocurría un hecho, desaparecía para aparecer en otra población donde, presuntamente volvía a ocurrir lo mismo.
El hecho de que en un corto espacio de tiempo, un año, y en una zona geográfica muy delimitada y cercana se habían cometido siete profanaciones, hizo pensar a los agentes que el arrestado, sin domicilio concreto, se movía por la zona para, presuntamente cometer estos delitos, y una vez realizados desaparecía.