El conjunto navarro ha sumado tres puntos vitales para marcar distancias sobre los puestos de descenso, gracias a un gol de Kike Sola al Zaragoza a los tres minutos de partido.
El equipo rojillo ha conseguido su tercera victoria consecutiva en Pamplona y supera al equipo aragonés en la clasificación.
Los navarros se adelantaron muy pronto en el marcador y se dedicaron a defender su ventaja y a buscar el contrataque.
Perdonaron en exceso, pero tampoco el Zaragoza fue capaz de crear el juego ni las ocasiones suficientes para empatar el encuentro.
El conjunto maño lleva siete jornadas sin ganar, desde que lo hizo en San Mamés, el pasado 22 de diciembre.
El primer tiempo comenzó con un disparo de Rochina con la pierna izquierda, que obligó a Andrés a desviar un balón muy peligroso a corner.
La salida del Zaragoza fue un espejismo, ya que en la primera jugada de ataque local llegó el único gol. Damiá centró desde la banda izquierda y el delantero navarro Kike Sola remató de cabeza el esférico al segundo palo al fondo de las mallas.
Los visitantes intentaron dominar el partido territorialmente tras el gol, pero a su juego le faltó velocidad y ritmo.
Osasuna se dejó dominar y lo intentó con varias arrancadas por banda que finalizaron con un disparo de Cejudo que salió desviado por muy poco ante la portería de Roberto.
Montañés también intentó suerte desde muy lejos mediado el primer tiempo, en una de las jugadas de ataque visitante por su banda izquierda, la única que utilizó hasta el descanso.
Los navarros lo fiaron todo a la defensa con el gol a favor, entregaron el balón y esperaron el paso de los minutos, ante un rival que se creció, tocó mejor la pelota, pero le faltó el acierto suficiente para empatar antes del descanso.
Una jugada polémica llegó en el minuto 28 cuando Miguel Flaño, agarró y derribó a Bienvenu, que se escapaba solo ante Andrés.
Velasco Carballo le mostró tarjeta amarilla al defensa navarro, pero perfectamente pudo expulsarle por su acción.
Un centro de Abraham lo remató a bocajarro Rochina y Andrés despejó con las manos en una espléndida intervención.
En la reanudación, Kike Sola falló la mejor ocasión de su equipo al no empujar un balón a bocajarro ante Roberto, a centro de Armenteros desde la banda derecha.
A continuación fue Rochina el que se hizo un hueco en el semicírculo del área y su disparo salió raso junto a la base del poste.
A la contra, fue Oier el que tuvo en la punta de su bota el gol, a pase de Sola, pero no llegó a la pelota por muy poco.
El partido se mantuvo en un tono gris, con poco fútbol, muchas faltas, juego aéreo y poco vistoso para el aficionado.
Osasuna no tenía excesivas dificultades para mantener su ventaja en el marcador, muy cómodo, y el Zaragoza no fue capaz de romper esa dinámica. Su dominio no resultó efectivo.
Los rojillos estuvieron a punto de sorprender a Roberto en un pase de Armenteros que Silva remató de vaselina y el meta aragonés desvió el esférico con la punta de los dedos.
Un remate de Lolo de cabeza llevó peligro ante la meta visitante, mientras el equipo aragonés no era capaz de forzar situaciones de gol.
Nino dispuso de una gran ocasión para marcar el segundo gol, a pase de Armenteros. El delantero almeriense lanzó el balón cruzado fuera ante la salida desesperada del portero visitante.
Los zaragocistas no fueron capaces de crear ocasiones de gol en los últimos minutos del partido y no fue ni sombra de lo que ha sido fuera de la Romareda en la primera vuelta, aunque Apoño tuvo la última en el tiempo extra en una falta directa que lanzó fuera por poco..
