Excesivo daño ha causado la derrota del domingo en Mestalla. Buena parte de ello por la última plaza que alberga tras el 3-1, pero principalmente porque el sevillismo ha dejado de creer en el técnico de Fuenterrabía.
Unai Emery, entrenador reconocido por su regularidad en el campeonato doméstico, ha comenzado a dejar en Sevilla su otra seña de identidad: el pánico que padece cuando se enfrenta a los ‘grandes’ (dícese de equipos como el Madrid, el Barça, el Atlético de Madrid o el mismo Valencia).
Precisamente, su etapa en Mestalla se vio frenada por dicha cuestión. En la capital del Turia implantó una regularidad envidiable, llevando casi siempre al conjunto ché a la Champions League, pero aquello no bastó. La afición valencianista nunca le perdonó que constantemente errara en los partidos donde un equipo se juega el prestigio de la eternidad. Conjuntos como el Barcelona, el Atleti o el propio Sevilla le privaban una y otra vez de alcanzar finales nacionales, incluso europeas. Y ahora en Nervión, los cauces llevan al mismo destino. Desde que aterrizara en la capital andaluza allá por enero, Unai solamente ha sido capaz de vencer a uno de estos equipos selectos; al Valencia en la última jornada liguera de la pasada campaña. Por su parte, perdió en el Bernabéu y en el Camp Nou, así como en el Calderón en las semis coperas. No pasó del empate en la Rosaleda ante el imponente Málaga. Y en el Pizjuán, derrotado ante el Atleti y la Real Sociedad en Liga y un empate en la Copa, que de nada sirvió, ante los de Simeone. Y este año nada ha cambiado. Perdió en Nervión con los colchoneros y se fue sin puntuar de Barcelona y Valencia.
La razón, su conservadurismo en los duelos que distan la mediocridad de la grandeza. Así lo demostró el domingo en Mestalla, quitando a Gameiro cuando más cerca estaba de la victoria. Estas situaciones, amén de los malos resultados ligueros, podrían sentenciar al técnico más pronto que tarde.
8 derrotas en 11 partidos
Muestra inequívoca del patente temor que sacude a Emery cada vez que se enfrenta a un ‘grande’. Este es el registro desde que aterrizara en Sevilla.
25 goles encajados
Sin grandes goleadas, pero sólo el Málaga fue incapaz la pasada campaña de no anotar a la defensa sevillista. En su haber, tan sólo 14 goles se celebraron.