Parece que se cae pero siempre se levanta. Es la tónica de un equipo irregular como pocos en Liga pero que está muy vivito y coleando gracias principalmente al extraordinaria papel desarrollado como equipo local.
Y es que ya son seis los triunfos consecutivos en el campeonato liguero sobre el tapiz del Ramón Sánchez Pizjuán. Desde aquella vital victoria frente al Rayo cuando los de Emery era colista, tanto Getafe, como Madrid, Barcelona, Valencia y ahora Sporting han sucumbido en el fortín sevillista. O lo que es lo mismo, como local ha sumado 18 de los 22 puntos obtenidos hasta la fecha.
Con un billete para la Europa League, la Copa encarrilada y mejorados en Liga llega el Sevilla al ansiado derbi hispalense y, sobre todo, con un objetivo claro. Romper la nefasta racha a domicilio y celebrar el primer triunfo liguero lejos de Nervión. Ello le proporcionaría, sin duda, un contenido extra esencial para meterse de lleno en la pomada de la clasificación. Todos saben que ganar un derbi equivale a una serie de intangibles más allá de los puntos.
Además, en el último encuentro del año los nervionenses recibirán al Espanyol en busca del que sería el séptimo triunfo seguido. Una hazaña al alcance de pocos. Y es que de contar por victorias los dos partidos que restan el Sevilla se alzaría con 28 puntos antes de la conclusión de la primera vuelta, puntuación ya sí que interesante para comenzar a aspirar a cosas tan mayores como obligatorias.