El mayor de los hermanos Gasol fue el estandarte, la bandera que enarbolar, para ahuyentar de una vez por todas todos los complejos
Pau Gasol ha sido el catalizador del 'boom' de éxitos del baloncesto español en las primeras dos décadas del siglo XXI, el faro y guía de la selección española que necesitaban de su aportación para dar el salto de calidad definitivo para colgarse medallas en Europeos, Mundiales y Juegos Olímpicos.
Pau comenzó siendo el pívot que todo entrenador ansía, más en España donde los jugadores de más de 7 pies (más de 2,13 metros de altura) escaseaban.
El mayor de los hermanos Gasol fue el estandarte, la bandera que enarbolar, para ahuyentar de una vez por todas todos los complejos del baloncesto español.
En España siempre hubo buenos jugadores de baloncesto, pero la ausencia de un pívot dominante lastraba las opciones de triunfo en los grandes campeonatos. Con Pau se pasó del cero al casi infinito.
Sus éxitos en la NBA, ayudaron de forma directa en el equipo español. Era temido y respetado, a partes iguales, por todos y la selección española fue el caldo de cultivo perfecto para agrandarlo todo y conformar su leyenda.
Pau estaba en un escalón superior por sueldo, trascendencia, influencia y juego, pero era uno más, con sus particularidades, pero uno más. Algo muy fácil de decir, pero muy complicado de entender.
Por sus características físicas y por su formación, Pau Gasol siempre entendió que debía cuidar su cuerpo con mimo y su fisioterapeuta de confianza Joaquín Juan era uno más de la selección, aunque sólo se ocupara del pívot de Sant Boi.
Ningún otro jugador podía llevar a su fisio a las concentraciones y partidos, Pau sí. Pero eso que podría ser entendido como una discriminación por el ego del resto de jugadores, nunca fue un problema.
Todos sabían que Pau era especial y que debía ser tratado de forma especial. No era el capricho o la veleidad de la estrella de turno. Si los demás necesitaban algunas horas de preparación o cuidados, por poner un ejemplo, Pau siempre trabajó más para estar a punto para rendir en favor del grupo, del equipo.
Y aunque siempre era protagonista de los éxitos, nunca hizo ostentación individual, al contrario siempre los circunscribió al colectivo, a la familia, a la selección.
Pau deja el baloncesto como jugador en activo, pero lejos de ser un momento triste debe ser el momento de felicitarle y felicitarnos todos por las dos maravillosas décadas que dedicó a España y al baloncesto.