El tiempo en: Sevilla
Viernes 19/04/2024  

El cementerio de los ingleses

La Andalucía dormida

No sabemos nada sobre qué rumbo tomaremos si es que tomamos alguno, teniendo en cuenta que estamos igual desde que se reconoció nuestra autonomía

Publicado: 30/05/2022 ·
20:33
· Actualizado: 30/05/2022 · 20:33
Autor

John Sullivan

John Sullivan es escritor, nacido en San Fernando. Debuta en 2021 con su primer libro, ‘Nombres de Mujer’

El cementerio de los ingleses

El autor mira a la realidad de frente para comprenderla y proponer un debate moderado

VISITAR BLOG

En mi anterior columna, usaba el hilo conductor del flamenco y su condición de género musical virtuoso aunque infravalorado (y lo digo sin ser un gran aficionado pero diciendo las cosas como son) para expresar mi hartazgo con los tópicos sobre nuestra comunidad. Hoy, aunque parezca incoherente, el título de la columna induce a pensar en lo contrario. Y es que en Andalucía curramos como los buenos, estudiamos, nos preparamos... pero seguimos dormidos desde tiempos inmemoriales. Sí, Andalucía cumple la paradoja de ser una tierra de currelantes que, a pesar de su esforzado trabajo, no terminan de despertar.

Se avecinan elecciones a la Junta de Andalucía. Lejos de mirar colores políticos y tratando de mantener una exquisita neutralidad, me hallo preocupado por la actitud que veo en los electores (al menos en mi entorno). Tengo la sensación de que se avecina una abstención altísima, nada nuevo, a tenor de los comentarios de unos y otros. Si ya hablamos (como suelo hacer) de las redes sociales, las perspectivas son aún menos halagüeñas. Y, aunque lo parezca, no culpo a esa gente que el 19-J apostará por el sofá y no por la urna: se oye hablar de un empadronamiento falso aceptado por la Junta Electoral, de un Moreno Bonilla que se refiere a los ERE, de una alianza de izquierdas que peligró por dos minutos... Pero de los distintos programas políticos, ni mu. Me recuerda a los comicios de Madrid del año pasado, aunque con una diferencia clara: sabemos que algunas formaciones apostaban por reforzar la sanidad y la salud mental, aunque la ganadora y presidenta se alzara con la victoria sin programa y ofreciendo cañas y terrazas. Quiero decir, al menos se oía hablar de los programas de algunos.

Si ya cuesta decidirse a veces conociendo las propuestas, no me quiero imaginar ahora que, más allá de las líneas que se saben propias de uno y otro partido, no sabemos qué gestión pretende llevar a cabo cada candidato. No sé qué pretenden hacer para reforzar una sanidad pública cada vez más debilitada, una educación que sigue mostrando carencias, cómo corregir la falta de desarrollo industrial de nuestra tierra (que, además, lleva consigo los índices de desempleo que todos conocemos)... No sabemos nada sobre qué rumbo tomaremos si es que tomamos alguno, teniendo en cuenta que estamos igual desde que se reconoció nuestra autonomía. Y cansa el “virgencita, que me quede como estoy”. Una cosa es no querer volver al atraso, al gazpacho con pan duro y al “no me pegue, señorito” y otra, muy distinta es conformarse con lo que tenemos sin aspirar a avanzar siquiera un paso. Igual va siendo hora de despertar y exigir, en las urnas y en las calles, esa tierra y libertad que se canta en nuestro himno. Ya el letargo dura demasiado y, aunque curremos, no salimos del hoyo. Hay que levantarse, votar y exigir que se cumpla el mandato de nuestro voto. Cuarenta años de siesta ya han sido bastantes, digo yo.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN