El coro de Longobardo evoca recuerdos con el Cortijo de los Rosales.
Regresa el coro de Longobardo con un grupo curtido y un tipo que evoca a otros tiempos: el Cortijo de los Rosales. Tango de corte clásico, con una primera letra de presentación. No tiene grandes pretensiones esta agrupación, por ello lo pasará muy bien en la batea. Aunque igual las pelucas no sobreviven mucho tiempo.
La segunda la dedican a las falsas denuncias por malos tratos. “Yo maldigo al asesino pero también a esas mujeres que hunden al hombre”. Todo lo que se dice antes de un ‘pero’ de poco sirve. En fin. Cuplés y popurrí de coro. De coro de calle.