El coro de Valdés comenzó la actuación de espaldas, viendo el partido del Cádiz para celebrar un gol amarillo.
Ya comenzada la presentación, la agrupación volvió a hacerse con el público con el simpático estilo de su autor. El primer tango lo dedicaron al Vaporcito, lamentando su situación actual y avisando de que si fuera en Sevilla no ocurriría lo mismo. El segundo, en cambio, fue para la disforia de género.
Los cuplés, para Chiqui de Gran Hermano y para el foso, regalando una televisión para ver mejor el fútbol. Gran pase del coro.