Las declaraciones y la guerra dialéctica comienza a escribir nuevos capítulos a la ya cruenta retórica que mantiene desde hace semanas la edil de Levantemos y responsable del área de Juventud, Rocío Luque, y el presidente de Nuevas Generaciones, Javier Bello.
A este cruce de declaraciones y acusaciones varias ha encontrado, ahora, a la Asociación ANDAD como nuevo actor en la refriega política. Al desgaste de recriminaciones y al desfile de descalificaciones comenzamos a echar en falta rigor y responsabilidad pública y política.
Un mínimo de propuestas que solivianten las carencias, numerosas, en un desencuentro en el que sigue perdiendo los que buscan soluciones y una mejor oferta juvenil.
El mal ejemplo para los que demandan desde hace años acciones encaminadas a relanzar una Sala de la Juventud, aún sin un contrato para su gestión, o una oferta abierta, encuentra, al contrario, recriminaciones fuera de lugar y de toda lógica política. Juventud ha encontrado la diana perfecta para las críticas en su cometido, por su acción o por su omisión en diferentes eventos, no exento de polémica.
Las maneras y las formas se agrian en una refriega que retrata el nivel mínimo que no encuentra con los que deben ser responsables políticos, que defienden su parcela contraviniendo el interés público y mayoritario.