A cada movimiento que se produce en el Ayuntamiento de Peral más preocupación y más incertidumbre parece ofrecer ante lo que está por llegar. Si la pasada semana terminaba con el anuncio de que varios de los concejales se tomaban sus vacaciones (es lícito y es un derecho), la imagen de un escuálido equipo de Gobierno recién confeccionado de nuevo, no ofrecía precisamente sus mejores imágenes de cara a la opinión pública.
Gestos que no ayudan a despejar algunas dudas que se han acrecentado con el paso de los días. Algunas son más que evidentes. Un equipo de Gobierno (PSOE-IU) en el que uno solo es el responsable por entero de asumir las Concejalías más “calientes”, las que están llevando más quebradero de cabeza.
Las políticas sociales, visto lo visto, las auténticas, las llevan los socialistas. Los que parecen plegar en pos de seguir con un pacto cueste lo que cueste, a pesar de perder posición y esfuerzo ante su socio de Gobierno. Cada uno es dueño de sus movimientos y la huída hacia delante de estos tendrá más pronto que tarde su peaje.
La oposición ha dejado claro que no va a ser todo color de rosa, que este nuevo equipo tampoco gusta. No gustaría ninguno, también es cierto. Los Presupuestos ya se encaminan a diseñarse en un camino que promete no ser el más idóneo para una ciudad estancada y con unas limitaciones preocupantes.
El Puerto necesita urgentemente encontrar la senda de la tranquilidad y el sosiego político para voltearlo y cambiarlo.