Fiammetta Cappellini, que trabaja en Haití como miembro de la red AVSI, ha asegurado que era “difícil” llegar a los hospitales, ya que las calles de la capital son impracticables y se han convertido en una “trampa”.
“Los edificios más importantes –cuenta– han desaparecido. Por todos sitios se registran daños ingentes.
Edificios de varios pisos se han quedado a ras del suelo”. “En toda la ciudad –explica– la gente se queda en la calle: los que ya no tienen casa y los que temen una nueva sacudida”.