En las últimas 24 horas el número de víctimas mortales en el país asciende a 17.
Al menos siete personas murieron en las primeras horas de ayer por la represión de las protestas contra el régimen convocadas con motivo de la festividad de Aid el Fitr, que marca el final del mes de ayuno del ramadán.
Según informaron los opositores Comités de Coordinación Local, cuatro personas fallecieron en la ciudad de Harrah (centro), entre ellas un adolescente de 13 años, otras dos en la provincia meridional de Deraa, y una más en Homs (centro).
En las últimas 24 horas, el número de víctimas mortales en todo el país, según los cálculos de los grupos opositores, alcanza ya las 17, aunque las cifras no pudieron ser verificadas de forma independiente debido al bloqueo que impone Siria a los medios de comunicación internacionales.
El inicio de la fiesta religiosa, en la que se interrumpe el ayuno mantenido a lo largo de todo un mes, ha empujado a miles de personas a las calles de Siria para manifestarse en algunas de las mayores ciudades del país y exigir la partida del presidente Bachar al Asad.
Sin embargo, al mismo tiempo se ha intensificado la represión del régimen contra los opositores.
Según los Comités, en Harrah las fuerzas de seguridad y unidades del Ejército han colocado ametralladoras que apuntan hacia el cementerio de la ciudad para impedir los funerales de los cuatro muertos.
Este tipo de entierros se han convertido habitualmente en concentraciones de repulsa hacia el régimen, y por ello las fuerzas leales a Al Asad suelen tratar de impedirlos.
En la provincia de Homs, las fuerzas de seguridad se han desplegado en la mayoría de los barrios de la capital y en las ciudades para impedir la salida de los manifestantes, según los Comités, que informaron de que se han escuchado disparos de ametralladora cerca del área de Qalaa.
Mientras, en la ciudad rebelde de Hama también se han producido tiroteos en varios barrios, principalmente los de Qosor y Manaj, con el objetivo, según los opositores, de impedir las protestas.
Desde mediados de marzo pasado, Siria es escenario de revueltas populares contra el régimen sirio, que se han cobrado las vidas de 1.958 civiles y de 459 soldados y efectivos de las fuerzas de seguridad, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
CELEBRACIÓN DEL PRESIDENTE
El presidente de Siria, Bachar al Asad, celebró la festividad musulmana del Aid el Fitr acompañado de la máxima autoridad suní del país en una mezquita de Damasco.
Al Asad apareció junto al gran muftí suní del país, Ahmed Hasun, que apoya incondicionalmente la política del Gobierno de acabar con las manifestaciones que desde marzo pasado reclaman la caída del régimen.
Otro de los seguidores de Al Asad, el muftí de Damasco, Bashir Ied al Bari, fue el encargado de oficiar la ceremonia, durante la cual criticó a los "enemigos de Siria, que han creado mentiras y fabricaciones", en alusión a los opositores.
"Siria conoce el camino correcto y responderá a las demandas justas de reformas", dijo la alta autoridad religiosa en la mezquita de la capital siria.