"Mischa se ha enfrentado a un montón de problemas personales". Esta frase, de una fuente cercana a la actriz, es lo único que ha trascendido de las circunstancias personales de Mischa Barton, que ayer tuvo que se ingresada en la sección de psiquiatría de un hospital de Los Angeles, donde reside actualmente.
La actriz tenía previsto asistir al estreno de su última película Homecoming, en Nueva York, la noche de su ingreso en el hospital. La misma fuente comentaba a la revista People que no sabía si Mischa ha dejado "los malos hábitos" que la han tenido "fuera de control" durante los últimos años.
Sin embargo, el productor de Homecoming, Austin Stark, explicó que durante el rodaje de la cinta la actriz se comportó "como una profesional". "Honestamente, no tengo ninguna queja. Me pareció una chica joven y simpática, nunca le dijo nada malo a nadie y nunca llegó tarde al rodaje o nada similar", añadía.
Por su parte, el representante de la actriz no aclaró los motivos del ingreso en el psiquiátrico de Mischa y se limitó a señalar que lo hizo "por recomendación" de su médico. Acces Hollywood informó de que fue la Policía la que acudió a casa de la protagonista de The O.C. por petición de la actriz, pero añadía que el ingreso se realizó contra su voluntad.
Mischa Barton ya fue hospitalizada en 2007, después de que comenzara a encontrarse mal durante una fiesta en casa de un amigo. Fue el comienzo de una época difícil para la actriz, que en diciembre de ese mismo año fue arrestada conduciendo ebria, en posesión de marihuana y sin licencia.
En septiembre de 2008, la relación que mantenía con su novio, el músico Taylor Locke, llegó a su fin unos meses después de iniciarse. "No estoy acostumbrada a estar soltera, pero es bonito", comentaba la actriz en octubre de ese año a la revista People. A finales de ese mismo año comenzó una nueva relación con otro músico, Luke Pritchard, de los Kooks.
En marzo ella misma informaba en su blog de la ruptura porque "lo malo había superado a lo bueno" y porque una "relación a distancia" no estaba resultando fácil de llevar. Poco después de esto, su extrema delgadez desató toda una serie de rumores respecto a su estado de salud, llegándose a insinuar que podría sufrir anorexia.
Aunque en aquel momento negó cualquier tipo de enfermedad y aseguró que se encontraba más feliz que nunca, lo cierto es que este último episodio en la vida de Mischa Barton demuestra que en los últimos años ha debido de pasar por momentos más que difíciles que le han provocado una crisis psicológica.
