La zona euro vuelve a crecer de manera robusta y a un ritmo de expansión "más fuerte" de lo previsto, gracias en gran parte al apoyo prestado por las políticas del Banco Central Europeo (BCE), que entre 2016 y 2020 contribuirán en 1,9 puntos porcentuales a la expansión del PIB y a la inflación de la eurozona, según ha indicado el presidente del instituto emisor, Mario Draghi.
Nuestras medidas han puesto a la zona euro en una senda sólida"Considerando todas las medidas adoptadas entre mediados de 2014 y octubre de 2017, el impacto en el crecimiento de la zona euro y la inflación se estima en ambos casos en 1,9 puntos porcentuales de manera acumulada para el periodo comprendido entre 2016 y 2020", ha afirmado el banquero italiano en su comparecencia ante el Comité Económico del Parlamento Europeo.
"Nuestras medidas han puesto a la zona euro en una senda sólida", ha presumido Draghi, señalando los "beneficios tangibles" para la economía del bloque de la intervención del BCE, aunque ha reclamado actuaciones adicionales para fortalecer la resiliencia de la eurozona ante futuras crisis y elevar su potencial de crecimiento. "Solo medidas ambiciosas ofrecerán beneficios concretos para los europeos", ha añadido.
A pesar del tono triunfalista de su discurso ante la Eurocámara, el presidente del BCE ha reconocido que la inflación aún debe mostrar signos convicentes de un repunte al alza sostenido, ya que las lecturas de inflación subyacente se han mantenido débiles.
A este respecto, el banquero italiano ha señalado una serie de factores cíclicos que han afectado de manera adversa a la inflación subyancente, incluyendo los efectos de la crisis de la deuda soberana sobre la actividad económica de la región y el elevado desempleo, así como la consiguiente baja demanda y los bajos precios del petróleo.
"Estos factores son de naturaleza temporal y no deberían afectar a la inflación en el medio plazo", ha declarado Draghi, reconociendo que la magnitud de dicho impacto puede ser mayor del estimado, particularmente por la situación del mercado laboral, donde el crecimiento de los salarios ha sido débil, a pesar del aumento del empleo.
Por otro lado, el presidente del BCE ha señalado otros factores estructurales que pueden haber pesado sobre la evolución de los precios, incluyendo el impacto de la globalización sobre la respuesta de la inflación a condiciones cíclicas de carácter doméstico, así como las tendencias demográficas o los cambios en el comportamiento derivados de avances tecnológicos.
"De cara al futuro, anticipamos que la inflación reanudará su gradual ajuste al alza, apoyada por nuestras medidas de política monetaria", ha señalado Draghi, advirtiendo de la incertidumbre relacionada con la volatilidad del tipo de cambio, cuestión que considera que merece ser observada de cerca ante sus posibles implicaciones para la estabilidad de precios a medio plazo.
De este modo, Draghi ha reiterado la necesidad de "paciencia y perseverancia" en la política monetaria de la zona euro para devolver la tasa de inflación a niveles "por debajo, pero cerca del 2%", añadiendo que la evolución de la inflación sigue estando condicionada por un amplio suministro de estímulos, incluyendo compras de activos, así como las reinversiones de los vencimientos y la orientación del BCE sobre su política monetaria.