Un estudio de la Universidad de Granada ha revelado que la aplicación de diversos conceptos de inteligencia emocional en seminarios impartidos a universitarios durante el periodo de confinamiento por la pandemia del coronavirus hizo que estos manejaran sus procesos adaptativos de manera más adecuada y regularan mejor sus emociones.
En concreto, sintieron menos desgaste académico y se mostraban más comprometidos con sus actividades académicas que antes de estos talleres, ha informado la Universidad de Granada.
La aparición y rápida propagación del covid-19 obligó al sistema universitario a transformarse rápidamente en un sistema virtual "online".
Teniendo en cuenta las dificultades docentes originadas entre otros motivos por las deficiencias emocionales y la incertidumbre durante la pandemia, los investigadores decidieron aprovechar la inteligencia emocional para lograr una mayor implicación de los estudiantes con su actividad académica y subsanar así las carencias.
El estudio tenía como objetivo establecer el efecto del confinamiento sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje y el rendimiento académico y el impacto de la aplicación de la inteligencia emocional en los universitarios para mejorar su rendimiento.
Según el autor principal del trabajo, Javier Díaz Castro, del departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, la covid-19 ha situado a profesores y estudiantes en una situación de incertidumbre, de retos constantes, frustración y desafíos.
"Puesto que la llave del aprendizaje la guarda la emoción, no la razón, y que un ambiente positivo es el comienzo para lograr un aprendizaje significativo, está claro que para conseguir aprendizaje de calidad es fundamental tener en cuenta las emociones, necesidades, motivaciones, intereses y objetivos de los estudiantes", apunta el profesor.
En su opinión, hay que motivar, emocionar e ilusionar para que el aprendizaje cale en el estudiante, porque "nada se conoce, se recuerda y se aprende más que aquello que interesa, motiva e ilusiona".
En esta investigación participaron estudiantes voluntarios de la Facultad de Farmacia de Granada y se establecieron dos períodos temporales: al inicio del período de confinamiento y después de enseñar varios conceptos de inteligencia emocional on line durante dos meses.
En total, el 63,5 % de los estudiantes presentó desgaste académico durante el encierro previo a la intervención.
Después de los talleres y seminarios de la inteligencia emocional, solo el 31,1 % presentó desgaste académico.
Antes de la intervención con los talleres de inteligencia emocional, el 44,6 % experimentaba agotamiento y el 60,3% sentía que era ineficaz en su desempeño académico.
Después de los talleres y seminarios de inteligencia emocional realizados, sólo el 29,1 % de los alumnos experimentó agotamiento y el 28,8% sintió que era ineficaz en su vida académica.
Las puntuaciones obtenidas tras el estudio de la inteligencia emocional en seminarios de Fisiología llevaron a mejores niveles en todas las variables estudiadas.
Los estudiantes manejaron sus procesos adaptativos de manera más adecuada y regularon mejor sus emociones, ya que sintieron menos agotamiento académico y se mostraban más comprometidos con sus actividades académicas al final del estudio, según la Universidad.
Granada
La inteligencia emocional durante el confinamiento mejoró el desempeño académico
La aparición y rápida propagación del Covid-19 obligó al sistema universitario a transformarse rápidamente en un sistema virtual "online"
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