Unos 7.000 árboles integrarán en Granada el primer sumidero de CO2 de Andalucía, y uno de los primeros de iniciativa empresarial privada en el mundo, con el objetivo de generar grandes cantidades de oxígeno y reducir de esta forma la huella de dióxido de carbono que genera el ser humano.

Esta actuación para la creación de un bosque mediterráneo se engloba dentro del convenio suscrito entre el Ayuntamiento de esta capital andaluza y la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo para promover la creación de esta estrategia ecológica avalada por el Protocolo de Kyoto.

El alcalde, Luis Salvador, ha asistido este jueves en la zona de Lancha del Genil a una plantación de arbolado junto a responsables de Hostelería y Turismo, como su presidente, Gregorio García, y de administraciones como la Junta de Andalucía, el Patronato de la Alhambra, la Subdelegación del Gobierno y el Mando de Adiestramiento de Doctrina del Ejército, entre otros.

La idea de crear esta herramienta llega a través de la denominada "Huella Verde", un proyecto de la Federación de Hostelería que pretende hacer visibles estos sumideros de CO2 y resaltar los múltiples beneficios que pueden ofrecer a una ciudad como Granada.

La acción nace con los objetivos de crear el cinturón verde de Granada y concurrir además al premio de Capital Verde Europea, ambos expuestos en la presentación de la Huella Verde de la Cumbre Mundial del Clima COP 25 en Madrid.

Con este acto la Federación de Hostelería y el Consistorio inauguran e inician la plantación de 7.000 árboles para crear el primer sumidero de CO2 de Andalucía, una medida que pretende combatir el cambio climático y sensibilizar al empresario del sector turístico en particular y a la sociedad en general.

Uno de los objetivos del plan de acción es la homologación de una parcela sumidero que permita compensar las emisiones de CO2 de las empresas del sector.

Para ello, el Ayuntamiento ha cedido por un plazo de 30 años una parcela de suelo no urbanizable ubicada en Lancha de Cenes, con una superficie de casi 70.000 metros cuadrados, con el compromiso por parte de la Federación de la reforestación de la misma, asumiendo la totalidad de los costes de la actuación en el plazo previsto.

La idea es crear un bosque mediterráneo con una plantación de 7.000 árboles de distintas especies, y un sotobosque compuesto de arbustos como retamas, geniata, lavanda y romero, entre otras.