Restos de uralita metidos en sacos, sanitarios de cuartos de baños, frigoríficos, ordenadores, basura de podas, materiales sobrantes de obras, tacos de madera, neumáticos, tubos, empedrado... Todo un vertedero improvisado en un margen de la carretera de la Avenida del Nuevo Colombino. Una escombrera porque sí.
Así lo hizo saber a Viva Huelva José Carlos Mélida, representante de Ecologistas en Acción, a través de un comunicado acompañado de material fotográfico. Según comprobó este periódico, este basurero ilegal se sitúa en la citada vía, concretamente en un margen del lado izquierdo si se avanza en dirección al estadio del Recreativo, unos metros antes de llegar a la rotonda que va hacia el estadio y hacia el centro de la ciudad.
Según la valoración del representante del colectivo ecologista, se trata de un “vertedero ilegal” que ya ocupa “unos 400 metros” y “no paran de seguir vertiendo”. Lo cierto es que la imagen es lamentable, ya que se está usando el espacio como basurero que se va ampliando sin que desde el Ayuntamiento de Huelva se ponga freno a este mal uso de terrenos públicos. En esta línea, para José Carlos Mélida el Consistorio onubense “no pone medios, como cadenas, vigilancia o carteles para impedir que sigan estos vertidos”. Asimismo, como se ha reflejado antes, los vertidos van aumentando, y desde el ente municipal no se activan trabajos para retirarlos y limpiar la zona: “Y lo que es peor”, continúa Mélida, “el Ayuntamiento no difunde que existen puntos limpios donde tirar estos escombros gratuitamente, aunque se trate de residuos procedentes de obras que posiblemente no tengan licencia”. Ante esto, el miembro de Ecologistas en Acción urge a las autoridades municipales a “evitar que haya tantas cunetas y descampados llenos de escombros, algunos peligrosos como la uralita que contiene amianto” que, según explica, “la suelen machacar y ocultarla en sacos cuando hacen las obras al tratarse de un residuo peligroso y lo vemos tirado por todas partes”.
Le toca actuar al Ayuntamiento, retirando la basura allí acumulada y tratando de evitar que los incívicos de la ciudad vuelvan a usar espacios públicos para convertirlos en vertederos.