De La Orden a la Hispanidad, y del Polvorín al centro. Así fue el Lunes Santo, una jornada de procesión y costal de barrio a barrio. El tiempo volvió a aliarse con las hermandades, a pesar de unas tímidas gotas al comienzo de la tarde que para nada deslucieron el Lunes Santo. El Perdón, El Cautivo, Tres Caídas y el Calvario cumplieron con su estación de penitencia y los onubenses disfrutaron a pleno sol del segundo día de la Semana de Pasión.
El Perdón
La primera hermandad del Lunes Santo salió a la calle a las 15.50 horas, a pesar de las gotas que comenzaron a caer al compás de la apertura de la Parroquia de Santa Teresa. Quince minutos después, el Cristo del Perdón atravesaba el dintel del templo acompañado de la Agrupación Musical de la Santa Cruz, que dio la bienvenida al Cristo al son del himno de Andalucía.
Es El Perdón la hermandad con el recorrido más largo de la Semana Santa de Huelva. Además, este año está de celebración, ya que conmemora el 25 aniversario de la llegada de la Virgen de los Dolores a la hermandad. Por ello, está inmersa en la celebración de un amplio programa de actos en la feligresía tanto culturales como religiosos.
El Cautivo
De La Orden a la Hispanidad, donde la Hermandad del Cautivo inició su estación de penitencia poco después de las 16.15 horas desde su capilla, la de la Misericordia. Al Cristo Cautivo le ha acompañado, además de una multitud de vecinos, la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Salud. A las 16.40 horas hacía acto de presencia la Virgen de la Misericordia. Antes, en el templo, levantá a cargo del comandante de marina, y ya fuera, la primera saeta para la reina de la Hispanidad. Uno de los momentos más emotivos llegaría un rato después, al paso del Cautivo por el asilo de ancianos de Santa Teresa de Jornet, uno de los puntos más esperados de su estación de penitencia.
El Santo Cristo Cautivo es obra de Antonio León Ortega (1985), retallado por Francisco Márquez (1995), y la Virgen de la Misericordia está firmada por Enrique Pérez Saavedra (1984).
Tres Caídas
De la Hispanidad a el Polvorín (Isla Chica), un hervidero de personas expectantes por ver salir a la reina del Lunes Santo, la Hermandad de las Tres Caídas. Nuevamente, unas gotas caen del cielo, pero no hacen presagiar tormenta. La lluvia puede esperar. A las 16.45 horas se abre la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, y quince minutos después, el Señor de las Penas en sus Tres Caídas salía a la calle, arropado por la multitud y sobre unos costaleros arrodillados.
Tras la colocación de parte de la cruz y del casco del soldado romano, una levantá muy especial por el padre de un costalero, Enrique Figueroa, y por José Antonio Roca, ambos fallecidos. “Con casta al cielo, acariciando”, y así avanzó el Señor de las Penas en sus Tres Caídas hacia la rampa, chicotá a chicotá que se fundían con la banda en perfecta armonía.
A las 17.30 horas salía a la calle la Virgen del Amor, pero antes, dentro del templo, levantá a los medios de comunicación por el trabajo realizado estos días acercando la Semana Santa a los que no pueden salir a la calle.
Acompañada por la Banda Municipal de Música de la Puebla del Río (Sevilla), la imagen de María Santísima del Amor es obra de Antonio León Ortega (1949), y el techo de palio está firmado por Francisco Contioso.
Como nota curiosa, destacar que su Majestad la Reina de España, Doña Sofía, es camarista de honor de la Virgen del Amor.
El Calvario
Y de la multitud festiva del corazón de Isla Chica, a la solemnidad y seriedad de la última hermandad en desfilar el Lunes Santo, El Calvario. Desde el templo que lleva su nombre, en pleno centro de la capital onubense, a las 21.20 horas asomaba la cruz de guía por su pórtico. Tras ella, primero Nuestro Padre Jesús del Calvario, también obra de Antonio León Ortega (1973), acompañado por la Capilla Musical Madre de Consolación.
A las 21.25 horas se asomaba por el templo María Santísima del Rocío y Esperanza, obra de Sebastián Santos Rojas (1974), y acompañada también por la Capilla Musical Madre de Consolación.
Silencio sepulcral. Su estilo serio y clásico al sonido de los motetes que interpretan las capillas musicales, son estampas habituales en la noche del Lunes Santo por el centro de la ciudad con gran recogimiento del público que presencia el paso de la Cofradía.
Así cumplió Huelva con el Lunes Santo. Las cuatro hermandades, de barrio a barrio, cumplieron con su estación de penitencia. Ahora llega el Martes Santo.