El Museo Provincial de Huelva ha recepcionado 2.515 piezas procedentes de la Finca Carruchete en Rociana del Condado y que fueron recuperadas en los años 60. Se trata del mayor conjunto de industria lítica de los recuperados hasta el momento en yacimientos arqueológicos de la Prehistoria Reciente de Huelva.
Según los primeros estudios provisionales, las piezas pertenecen al Neolítico Antiguo y tiene unos 7.000 años de antigüedad, coincidiendo con los restos del yacimiento de La Dehesa en Lucena del Puerto. El de esta finca, pertenece al arco que va desde Lucena del Puerto, pasando por Rociana del Condado, La Palma del Condado y Almonte, donde se sitúan poblaciones en transición con un fuerte componente de economía cazadora-recolectora, según ha explicado el arqueólogo del museo, José María García Rincón.
Para la delegada territorial de Cultura, Turismo y Deporte, Carmen Solana, “la Junta de Andalucía muestra, una vez más, su compromiso con el patrimonio arqueológico de esta provincia. Lo hacemos protegiendo estos restos que son clave para el estudio de nuestra historia”.
Además, Solana ha felicitado al Ayuntamiento de Rociana del Condado “por su trabajo en la recuperación y protección de estas piezas” y a Antonio Ramírez Almansa “por intermediar para impulsar este traslado al Museo Provincial”. “La protección de nuestros yacimientos de nuestra historia es un trabajo de todos y, por tanto, una mayor colaboración es lo que garantiza el éxito”, ha apostillado la delegada.
Por su parte, el alcalde de Rociana del Condado, Diego Pichardo, ha agradecido “la colaboración de la Delegación de Cultura en la conservación de estos restos arqueológicos”. Según el primer edil, “para el municipio es muy importante conocer su historia” y ha garantizado que vana a continuar con este trabajo en su territorio para seguir estudiando su pasado.
Por último, el escritor Antonio Ramírez Almansa, que es el responsable de localizar las piezas años después de su hallazgo, ha señalado que “gracias a varias informaciones pudieron encontrar a la persona que las poseía y se han ido recuperando poco a poco”. Este conjunto de industria lítica estaba en manos del arqueólogo Garrido Roiz a quien se las trasladó el propietario de la finca. Finalmente sus herederos son los que notificaron la existencia de estas piezas.
Los materiales serán registrados, clasificados y almacenados aunque algunos de los mismos se expondrán en las vitrinas del museo. Desde ese momento, se pondrán a disposición de cualquier investigador que los solicite para su estudio en mayor profundidad.
