Este sábado, hace 10 años, la vida de los Cortés, una familia humilde del barrio de El Torrejón de Huelva, cambiaba para siempre. La benjamina, Mari Luz, de cinco años, salió a comprar chucherías y nunca regresó. 54 días después aparecía su cadáver flotando en la ría onubense.
El responsable de su muerte fue el pederasta Santiago del Valle, que por entonces vivía en un piso de un bloque próximo al de Mari Luz, y que, en el momento de los hechos, tendría que haber estado en prisión cumpliendo una condena por abusos sexuales sobre su propia hija.
Fue una cadena de casualidades las que hicieron que esa tarde del 11 de enero la pequeña se topara con el pederasta, quien llamó su atención con un juguete y, a partir de ahí, se desencadenaron unos hechos dramáticos que privaron de futuro a una niña que hoy tendría 15 años y que mantiene a la familia sumida en la tristeza, a pesar de que la vida sigue: "Son días muy tristes para nosotros", ha indicado Juan José Cortés con motivo de este aniversario.
Desde el momento de la desaparición, la familia Cortés pensó en Del Valle como responsable, incluso en los primeros instantes llegaron a ir a su casa para reclamarle explicaciones.
Tras la desaparición hubo una búsqueda incesante por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de la familia durante semanas.
Las comparecencias públicas de Juan José Cortés eran constantes y en todo momento, quizás por su fe religiosa, mantuvo la esperanza de encontrarla; una esperanza que se truncó el 7 de marzo cuando desde un barco dos operarios vieron flotando en la ría lo que parecía un cadáver, que a las pocas horas se confirmó que era el de la pequeña Mari Luz.
Mientras, la investigación continuaba y, poco a poco, se fue centrando sobre Del Valle, que finalmente fue detenido el 25 de marzo de 2008 en Cuenca, junto a su hermana, Rosa.
Desde ese momento, la vida de Juan José Cortés se centró en pedir justicia para su hija, no solo llevando a la cárcel a los responsables de su muerte, sino también iniciando una lucha incansable por toda España con el objetivo de lograr una reforma del Código Penal que posibilitara que lo ocurrido con Mari Luz no se repitiera.
Los responsables fueron castigados. Santiago del Valle fue condenado a 22 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de abusos sexuales, y su hermana Rosa a 9 años por cómplice de los hechos, unas penas que fueron confirmadas por el Tribunal Supremo.
Juan José Cortés continuó recorriendo toda España recogiendo firmas para lograr esa reforma del Código Penal que incluyera la figura de la prisión permanente revisable.
Finalmente, esa reforma se llevó a cabo en 2012, si bien la cadena perpetua revisable se recogía únicamente para delitos de terrorismo, por lo que continuó hasta que en diciembre de 2015 logró su objetivo de que se extendiera esa figura para todos los delitos graves, incluidos los de violencia machista.
Este décimo aniversario de la muerte de Mari Luz no es como los anteriores, ya que viene marcado por la apertura de un debate sobre la idoneidad o no de esa figura penal, sobre si debe de ser o no derogada, a raíz del caso de la joven madrileña Diana Quer.
Un debate que Juan José Cortés cree "injusto" porque dicha figura "garantiza el derecho que nos tiene que amparar a los padres que hemos perdido a hijos inocentemente", porque "criminales" como Del Valle "no van a cambiar".
Hoy, más que nunca, después de una década, se muestra convencido de que su lucha mereció la pena y que sus frutos deben de seguir en vigor para que cada vez sean menos las Mari Luz que se queden en el camino.
Andalucía
Una década sin Mari Luz Cortés
Este sábado, hace 10 años, la vida de los Cortés, una familia humilde del barrio de El Torrejón de Huelva
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