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Huelva

‘La sastrería’ para coser el Carnaval

La comparsa independiente de los Giraldo presentó en las tablas un gran repertorio de estos costureros de toda la vida

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  • la sastrería -

Noche un tanto apática en sus inicios, con más asientos vacíos que ocupados, pero con aplausos que sonaban a triunfo. Los carnavaleros, pocos o muchos, sabemos llenar los espacios de silencios, en todo su contexto. Las críticas siguen llenando las redes con respecto a la visión que se está teniendo del concurso de agrupaciones, que no está resultando tan favorecedora como nuestro Colombino se merece.

Las pocas agrupaciones participantes no llenan el teatro y hacer un trabajo introspectivo resulta complicado para quienes precisan de ello. En fin, los que estuvimos pudimos disfrutar de sorpresas que fueron bien recibidas. La primera agrupación de la noche llegó desde Sevilla, la comparsa ‘Hotel Paraíso’, que mostró sus credenciales ante un público con ganas de coplas.

Algo lenta, muy plana y con muchos matices a trabajar. Estos ‘sacarinos’ uniformados -en Huelva suele gustar mucho la visión que crea la homogeneidad en los disfraces- como botones, en color blanco, hacen de recepcionistas de un supuesto hotel carnavalero. Idea muy original a la que se le podría haber sacado mayor partido.

Destaco uno de sus pasodobles al abuso y maltrato a la mujer: “De pequeño nos inculcan ser valientes guerreros”.

Cambiamos de modalidad con la chirigota ‘Los ruinas’ de Arahal, Sevilla. Tipo un tanto odioso, que resalta siempre lo negativo en todo aquello que observa. Lo tendrán complicado para la siguiente fase, en la que tendrán que pelear por seguir en concurso. Se agradece el pasodoble a los diez años del tema Mari Luz. Fue la comparsa ‘Pueblo llano’ la responsable de subir el nivel en este primer tramo de la jornada, con un repertorio muy acorde a lo que se esperaba, dada su participación en el concurso gaditano.

Voces espectaculares bien contadas e interpretadas hasta el último detalle. Este grupo ha dejado claro que viene a por el máximo galardón y ha sentado las bases. Se notan los años que llevan trabajando, la unión de las voces, el cuidado en las entradas y el buen montaje.

En general es una agrupación que luchará por el primer puesto; seguro que tendremos una gran final en esta modalidad. Llegó la sorpresa de la noche con una chirigota que pensábamos no estaría a la altura. Error, fue de las más simpáticas que han pasado por la tablas, a pesar de las carencias, que son muchas y no vamos a enumerar. Esta chirigota me recordó a los primeros tiempos de Diego Ortiz: su naturalidad, la espontaneidad, los recursos simpáticos y atrevidos... Démosle tiempo a estas chacinas parlantes que hicieron las delicias del público, que los premió con un gran aplauso.

Cerró el día la comparsa independiente, la de los Giraldo, esa que lleva media vida en las tablas y que ha sabido adaptarse a los tiempos, superando las adversidades. Gran repertorio de estos costureros de la vida, que juegan bastante bien con los conceptos y le dan el doble sentido que se precisa: “Sácale el patrón al mes de febrero, córtale la tela de la alegría, hilvánale la libertad, dale una puntá, sólo es coser y cantar”.

Otro de los grupos que apuestan fuerte y que defienden un sello muy personal que a pesar de la evolución, del bagaje del autor, de las nuevas responsabilidades de los nuevos responsables, sus hijos, la marca sigue estando presente. Los cuatro Giraldo y demás compañeros pisan fuerte sobre las tablas con una preciosa presentación, muy dignos pasodobles, por destacar algo. A por el siguiente pase.

LOS GIRALDO

Subió a las tablas las comparsa independiente ‘La sastrería’, siempre asociada a Cristóbal Giraldo, un superviviente aún activo de aquellos años de gloria de nuestra fiesta. Este año serán cuatro los Giraldo que suban a las tablas del Gran Teatro: tres hermanos y el padre, que a pesar de las canas sigue manteniendo la fe y el amor en esta fiesta, de la que ha creado su mundo y su particular estilo de vida. Que mi memoria alcance, es la familia de primer orden más numerosa que recuerdo en un mismo grupo, una familia que ha contribuido al desarrollo de esta fiesta, y a la que han adaptado sus vidas.

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